Afirmar, como así lo ha hecho el portavoz adjunto en
materia sanitaria del Grupo Popular, José
Ignacio Echániz, que detrás de la Ley de Eutanasia que promueven los grupos
de izquierda en el Congreso “está la filosofía de evitar el coste social”
produce consternación en la ciudadanía. ¿Qué quiere decir ese diputado del
Partido Popular? Algo muy sencillo. Si de alguna manera desaparecieran los
ancianos y aquellos que necesitan ayudas sociales, se ahorrará mucho dinero por
esos conceptos a las arcas del Estado. Lo peor de todo es que tal afirmación ha
salido de boca de un médico vallisoletano, licenciado en la Universidad de
Alcalá de Henares y especializado en Economía de la Salud. Puede dar ideas a
los socialistas: poner socavones en las puertas de los hospitales para que
caigan en ellos los ancianos que acuden a consulta; promover el consumo de
golosinas a aquellos ancianos sufren diabetes; inyectarles aire en vena, o
financiar parte del coste de los entierros de jubilados con dinero público si
fallecen a los 65 años. Ya existe una funeraria en Zaragoza, “El Paraiso”, que corre con los gastos
de entierro siempre que el cliente haya cumplido los 100 años. No es eso, no es
eso… Habría que recordarle al diputado Echániz que el Gobierno de Rajoy fue el que recortó las ayudas a
la dependencia de forma drástica, hasta el punto de que muchos ciudadanos que
tenían derecho a tales ayudas fallecieron sin llegar a percibirlas. Algo
parecido a lo que hizo con la Ley de
Memoria Histórica, que mantuvo en vigor pero que careció de dotación
económica. De la misma manera, le recuerdo a Echániz que fue un Gobierno de Felipe González el que promovió (mediante la Ley General de Sanidad 14/1986) que el derecho a la Sanidad Pública
tuviera un modelo de cobertura universal, de conformidad con aquella ya lejana
ley que promoviese el entonces ministro Ernest
Lluch, posteriormente asesinado por ETA. En consecuencia, suponer el “deseo”
de los socialistas de conseguir recortes sociales merced a una posible futura ley de Eutanasia que hoy comienza a
debatirse en el Congreso de los Diputados se me antoja como propia de la mente
de aquellos “escuadrones de protección” que conformaron la Waffen-ᛋᛋ,
aquella guardia pretoriana del Führer.
Que a mí me conste, la única filosofía del PSOE consiste en luchar con todas
sus fuerzas por conseguir una España más democrática. Para ello se requieren
grandes dosis de dignidad, ese valor inherente del ser humano que muchos
desconocen. Y como parece ser que lo desconocen ciertos individuos que creen
que España es suya, les aclaro el concepto: gravedad, decencia, caballerosidad,
nobleza, decoro, lealtad, generosidad, hidalguía y pundonor.
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