martes, 24 de agosto de 2021

Cuidado con la "nueva normalidad"


No pretendo asustar a nadie, pero la entrada de afganos en España debería hacerse con sumo cuidado en evitación de filtraciones indeseables que puedan cometer atentados en nombre de la yihad. Álvaro Romero, en  El Correo de Andalucía, comenta en su artículo “Que vivan los afganos, pero lejos de aquí” que “un bombardeo de medias mentiras y medias verdades es una desinformación inquietante que siempre es el prólogo para  un estado de odio contra la otredad, de desconfianza frente a cualquier extranjero que sea pobre, paupérrimo, indefenso indocumentado o infeliz. A toda esa gente que huye se le ve a la legua que es mala, porque si fuera buena sería guapa, riquísima, documentadísima y felicísima. Es la lógica absurda a la que quieren arrastrarnos. Porque si todos la atendiésemos sería mucho más fácil gobernarnos, que es el objetivo final”. Tampoco son buenos tiempos para la música. Hoy ha muerto el batería de los Rolling Stones, Charlie Watts, aquejado de cáncer de garganta. El Gobierno de Aragón –según señala la prensa aragonesa- “decidirá el próximo 2 de septiembre si hay Fiestas del Pilar”. También hoy se han notificado en Aragón 204 contagios por covid-19 y sus variantes; es decir, 95 más que el día anterior. Otro ratio a tener en cuenta, que también preocupa, es la masificación de las aulas de enseñanza.  De momento, como señala El Mundo, “Castells abre la puerta a una mayor presencia de alumno por aula en la universidad”. Personalmente respeto las ofrendas de flores a la Patrona, los rosarios de cristal con sus faroles, los disfraces con trajes típicos, las corridas de toros en La Misericordia y el bullicio callejero. Lo que sucede es que a mí no me entusiasman los actos religiosos ni los espacios masificados ni las charangas ni los pitos ni las flautas, menos aún cuando la pandemia campa a sus anchas en todas sus mutaciones. Creo que alguna de las variantes de ese virus hasta ahora conocidas ya lleva hasta el cachirulo ajustado en alguna de sus trompetillas. En fin, como escribió Juan Ramón: “¡Intelijencia, [sic] dame/ el nombre exacto de las cosas!”.

 

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