martes, 24 de agosto de 2021

La historia tiene memoria, señor Serrate

 


Ayer, 23 de agosto, el Colectivo Ciudadano de Huesca rindió un homenaje a los 95 hombres y mujeres fusilados en las tapias del cementerio hace 85 años. Las mismas tapias que Entre aquellos “paseados” se encontraba la viuda de Ramón Acín, Concha Monrás,  y el médico zaragozano Alfonso Gaspar, que años atrás había salvado la vida a Franco, entonces capitán de Regulares, tras recibir un balazo en el bajo vientre en África el 29 de junio de 1916 durante la batalla de El Biutz  mientras encabezaba, tras resultar herido el capitán Palacios, una compañía del Segundo Tabor de Regulares (formado por tres compañías al mando del comandante Muñoz Güi)  una carga a bayoneta contra el enemigo rifeño de Abd el-Krim, el mismo personaje que años más tarde, hace ahora justo un siglo, provocó la epopeya del desastre de Annual. Aquel día (mejor dicho, aquella noche) Franco tuvo la suerte de que le recogiera del suelo un moro llamado El Ducali y cargara con él hasta ponerlo en manos del médico Alfonso Gaspar, que entonces se encontraba en el campamento de Kudia Federico. Tan mal se encontraba Franco que mandó llamar a uno de los oficiales a su cargo para hacerle entrega de 20.000 pesetas que, como cajero de campaña, llevaba encima para pagar a la tropa. Posteriormente, Franco solía decir: “He visto pasar a la Muerte muchas veces a mi lado pero, por fortuna, no me ha reconocido”. Alfonso Gaspar, que le había salvado la vida, no tuvo la misma baraka. Lo que me produce asombro, también abatimiento, es que en el homenaje de ayer a los hombres y mujeres fusilados hace justo 85 años no estuviese presente ningún representante de la Corporación municipal oscense, como hubiese sido lo deseable; más aún considerando que el actual alcalde, Luis Felipe Serrate, pertenece al PSOE y es, además, secretario general de ese partido político en la Agrupación Local de Huesca. En esas mismas tapias del cementerio oscense fueron fusilados  el 14 de diciembre de 1930 Fermín Galán y Ángel García Hernández, sublevados en Jaca. Curiosamente, en el consejo de guerra que les condenó a la última pena formaba parte Franco, entonces director de la Academia General Militar. Según prestigiosos historiadores, no les dejaron ni siquiera defenderse. Aquellas ejecuciones influyeron considerablemente en la posterior caída de Alfonso XIII y su huida cobarde.

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