domingo, 29 de agosto de 2021

La paradoja del calcetín

 


A mi entender, sólo un lerdo puede afirmar que si llegase al Gobierno “promete darle la vuelta a España como si fuese un calcetín”. Si ese es el sentido de Estado del actual jefe de la Oposición, mejor que no gane los próximos comicios su partido político. Casado, que cree estar en poder de la cuerda de trenzado, no se ha dado cuenta de que un calcetín sigue siendo un calcetín, del derecho y del revés, como también le sucede a un guante. La Paradoja de Teseo es una paradoja de reemplazo, en la que se duda sobre si cuando a un objeto se le reemplaza todas sus partes sigue siendo el mismo. El ser humano, como el resto de los animales, cambia sus células a lo largo de la vida. Unas nacen y otras mueren. Las primeras reemplazan a las segundas. Pero, pese a ello, el individuo sigue siendo el mismo desde su nacimiento hasta su muerte. John Locke (1632-1704) está considerado como uno de los máximos representantes del empirismo inglés. Locke propuso un escenario concerniente a un calcetín favorito al que le sale un agujero. Él reflexionaba sobre si el calcetín podría aún ser el mismo después de que se aplicara un parche en él. Si así era, ¿podría entonces seguir siendo el mismo calcetín después de que se le aplicara un segundo parche? ¿Podría, en efecto, seguir siendo el mismo calcetín varios años después, incluso después de que todo el material del calcetín fuera reemplazado por parches? La respuesta, a mi entender, es sí. Pues bien, una cosa es prometer "reformismo" si se llega a la Moncloa y otra muy distinta pretender cambiarlo todo para que no cambie nada, como sucedió en la política española a lo largo de todo el siglo XIX. También, como sucede con un calcetín cuando se le da la vuelta.

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