He tenido que ir al diccionario catalán-español para saber qué ha querido decir Miquel Giménez cuando ha escrito: “Al cul me les fotin bullidles”. Y una vez traducido, dice: “En el culo me las jodan hervidas”. Giménez quiere señalar al lector con ese refrán que “tanto va el cántaro a la fuente que, al fin, se rompe, y tanto ha ido Sánchez a mendigarle al delincuente golpista, prófugo de la justicia y cobardón de maletero, que éste puede enviarlo al guano”. Pero sigue con otro refrán: “A casa de maturrangues no hi vagis a buscar gangues”, que quiere decir que “en casa de maturrangas no vayas a buscar gangas”. Maturangas según la RAE significa marrullerías. Bueno, ya vamos adelantando. Lo que sucede entre Sánchez y Puigdemont es que, como dice uno de mi pueblo, van de puta a maricón. Sánchez necesita los votos de Junts y ese partido catalán de derechas busca exprimir el limón al máximo posible, conociendo las debilidades de un PSOE que está a punto de que le canten el salmo 50: “Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa; pues yo reconozco mi culpa”. Sostiene Giménez que “Sánchez y Puigdemont, cada día más parecidos a los Hermano Malasombra, nunca tienen suficiente y piden más y más, empeño difícil porque uno ya ha dado todo lo que podía -Sánchez- y el otro jamás tendrá suficiente hasta llegar a esa independencia, lejana, inconcreta y dictatorial que les gustaría implantar a los separatistas”. Y mientras esas cosas acontecen, los ciudadanos hartos beben cerveza a morro en el abrevadero de la barra del bar dudando si existirá el mañana mientras pisan la dudosa luz del día. Se acerca noviembre como esa bruja silente montada sobre su escobón de limpieza de hojas de parque. Por estos andurriales suceden cosas que sólo hubiese sido capaz de arreglarlas la alquimia del mago don Pirulo, que desapareció para siempre el día que dejó de publicarse “Gente menuda”, el entrañable suplemento infantil de la revista “Blanco y Negro” que leíamos siendo niños durante las lloronas tardes de aguacero.
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