Me llama la atención un artículo leído hoy en La Razón y firmado por Javier Portillo, “Moncloa monta en cólera por el Toisón a Felipe González”, curiosamente a solo 57 días del quincuagésimo aniversario de la muerte del dictador y a 59 de la restauración de la Monarquía en España en la persona del nieto del último monarca, Alfonso XIII, que salió de estampida como huyen los espantadizos el 14 de abril de 1931. Mantiene Portillo que “la relación entre el presidente del Gobierno y el Rey no mejora”, y añade ese periodista que “en Moncloa no ha sentado bien que Felipe VI concediera esta semana elToisón de Oro al expresidente González –junto a Roca y Herrero de Miñón, porque lo consideran un bofetón a Sánchez, con quien González mantiene una enemistad manifiesta”. Ya veremos qué sucede el próximo 22 de noviembre, donde no se sabe todavía si será invitado a los actos el anterior jefe del Estado. Termina diciendo el periodista que “el Gobierno asume que invitar formalmente a Juan Carlos I implicaría proceder a la ‘absolución’ pública y política de su conducta en la última etapa de su reinado, la que le llevó a abdicar y a dar paso a su hijo. El anterior jefe del Estado lleva cinco años viviendo en Abu Dabi, donde se trasladó cuando trascendieron los escándalos sobre el entramado de ocultación de su fortuna que investigó la Justicia”. Tengo entendido (repréndanme si me equivoco) que desde entonces ya no paga impuestos en España, algo que se exige a cualquier español o extranjero naturalizado. Dentro de poco, supongo que por navidades, publicará sus memorias bajo el título “Reconciliación”. No pienso comprar el libro de alguien que afirma que “le han robado su historia”. No lo sé ni me interesa. Lo que sí conozco es que durante el mandato de González se cometieron crímenes de Estado. Lo del Toisón solo es una anécdota. También ostenta ese collar Nicolás Sarkozy y está ‘residiendo’ en la prisión de La Santé.
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