Cuenta Manuel Martín Ferrand en república.com que “los socialistas españoles,
instalados en la nostalgia y más sentimentales que dados a la razón, quieren
darle a Rajoy la patada en el culo que no se atrevieron a darle a José Luis
Rodríguez Zapatero, el gran causante de muchos de los males que padecemos, y,
faltos de puntería, nos la están dando a nosotros, a los ciudadanos que, de
izquierdas o derechas, al margen, queremos ser europeos y reencontrar la línea
ascendente que, quebrada por los acontecimientos, llevaba en lo económico la España previa al
zapaterismo”. Por otro lado, el rey Juan Carlos impone hoy la Cruz Colectiva
Laureada de San Fernando al estandarte
del Regimiento de Caballería Acorazado “Alcántara” nº 10, por luchar de forma
heroica en 1921 al mando del entonces teniente coronel Fernando Primo de Rivera
Orbaneja, hermano del futuro dictador (que ya en su día recibió la laureada
individual), por lo que en la historia reciente se ha dado en llamar Desastre de Annual. Esa misma historia
reciente, que debe ser equitativa para lo bueno y para lo malo, señala, también, como responsables del
desastre al general Manuel Fernández Silvestre, militar incompetente en el
desempeño de sus funciones, y al rey Alfonso XIII, por animar a ese general a
que entrase en combate mediante un telegrama donde el Rey Alfonso utilizaba un
lenguaje más garbancero que castizo, preámbulo de lo que sería un triste final
para la Corona
diez años más tarde. Pero aquí hay que contarlo todo, sin fisuras. Y aquí,
ahora, tenemos otro desastre, no como el de Annual y a todas luces incruento.
Es el desastre originado por Spottorno y Ayuso, importantes asesores de imagen
del Rey. En ese sentido, informa el
perrillo Marcello lo siguiente: “Tras los incidentes de la cacería de elefantes
en Bostwana y el caso Urdangarín, están fracasando en el empeño y puede que
empeorando la situación, visto lo ocurrido durante los últimos viajes del
monarca a Nueva York y Barcelona. Primero, metiendo al monarca en ‘la boca del
lobo’, el diario más aguerrido del periodismo mundial, The New York Times,
donde don Juan Carlos se reunió con su Consejo Editorial como si fuera a la
entrega de los Premios Cavia de ABC; y después (y tras otras meteduras de pata,
como ‘la petición de perdón’ por la cacería de elefantes, o la ‘Carta’ en la
web de la Casa Real),
en su última visita a Barcelona donde el Rey acabó sentado en un autobús, con
cara de pocos amigos, junto a un Artur Mas muerto de risa que venía de aprobar,
en el parlamento catalán, la convocatoria de un referéndum de autodeterminación
de Cataluña”. Dicho en pocas palabras, vamos de mal en peor y aquí no nos salva ni dios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario