Leído en la puerta de acceso a la Tesorería General
de la Seguridad Social
(Zaragoza, Avenida de San Juan de la
Peña, 2). Textualmente:
VIERNES NEGRO
LOS EMPLEADOS DE ESTA OFICINA, SIGUIENDO UNA LÍNEA DE
PROTESTA QUE ALCANZA A TODOS LOS ASPECTOS DE LA ADMINISTRACIÓN,
CENTRAL, AUTONÓMICA Y LOCAL, Y QUE ES SEGUIDA MASIVAMENTE A NIVEL NACIONAL, LOS
VIERNES, DE 12 A
12:30, NOS SITUAREMOS EN LA
PUERTA DE LA OFICINA PARA CAGARNOS
EN LA PUTA MADRE
DEL GOBIERNO PARA PROTESTAR CONTRA LAS MEDIDAS PARA HUNDIR LA FUNCIÓN PÚBLICA DE
AUSTERIDAD DEL GOBIERNO QUE NOS ENCAMINAN A UNA SITUACIÓN DE ABANDONO DEL
CIUDADANO A SU SUERTE POR EL PROGRESIVO DESMANTELAMIENTO DE LA FUNCIÓN PÚBLICA.
DISCULPEN
LAS MOLESTIAS
(En el texto original letra Arial, cuerpo 16.- Falta el punto
y final).
(Arriba, a la
izquierda, hay un lazo negro).
Sin ánimo de entrar en la
cuestión sobre el supuesto “mal rollito” que existe en el funcionariado
español, me parecen desacertados los términos utilizados en el escrito que se ha
colocado a la entrada de ese Organismo Público. Doy por hecho que ese tiempo de
brazos caídos de cada viernes, al margen de los problemas que sin duda alguna
ocasionará a los ciudadanos que pretenden llevar a cabo sus particulares
gestiones, les será descontado de sus
correspondientes nóminas. Una cosa es la huelga, llegado el caso, que me parece
legítima por ser un derecho de los trabajadores, y otra muy distinta hacer dejación de funciones con cargo al Estado.
Esto último nunca debe ser tolerado por los ciudadanos que se acercan al
mostrador para ser atendidos, que pagan sus
impuestos y que, haciendo un esfuerzo considerable en esta época de
vacas flacas, mantienen las nóminas de dichos funcionarios. La Tesorería General
de la Seguridad Social,
a mi entender, sólo se puede llegar a desmantelar cuando la falta de trabajo
cierra empresas o no crea autónomos; cuando los funcionarios públicos no son
capaces de detectar anomalías en la contratación de trabajadores por cuenta
ajena; y, cómo no, cuando los funcionarios no cumplen con las misiones
encomendadas. Podría añadir que gran parte de los burócratas de esa determinada
oficina zaragozana se pasan la mañana saliendo a la calle a fumar, a tomar café
en el bar de enfrente y, en algún caso, hasta saliendo de la oficina para hacer
la compra en el supermercado. ¿Es o no es vergonzoso? No me lo ha dicho nadie.
Lo veo yo, que vivo enfrente. Conque menos humos, mayor rendimiento en el
trabajo y más responsabilidad en el cometido de cada una de las funciones.
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