martes, 2 de octubre de 2012

Modular derechos




El Gobierno actúa como ese cirujano al que el paciente acude porque tiene un grano en una pierna. Y el cirujano “cortando por lo sano” decide amputarle la pierna. Muerto el perro, se acabó la rabia. Pues bien, como el Gobierno se ve incapaz de arreglar el problema económico de España, plantea, como señala El País, “tocar la ley para ‘modular’ el derecho de manifestación”. El Gobierno que preside Mariano Rajoy, de incompetencia manifiesta en todas las carteras que lo componen, desea al silencio de los corderos, o el silencio de los cementerios. Cifuentes, delegada de ese Desgobierno,  “ha reiterado -como sigue informando El País- que la ley es ‘muy permisiva y amplia’ con el derecho de reunión y manifestación y ha ido un paso más allá en el debate sobre los límites del derecho a protestar abierto por el Movimiento 15-M y reabierto por los recientes intentos de rodear el Congreso”. Pues nada, se suprime ese “molesto” artículo 21 de la Constitución y se impone un toque de queda a las nueve de la noche, como ya hizo Milans del Bosch en Valencia en febrero de 1981. Si Rajoy supiera inglés, que no lo sabe, podría enterarse sin necesidad de traductores lo que cuenta The New York Times: “La paciencia de la gente se está acabando a causa de las políticas de austeridad exigidas por el Gobierno de Alemania y los dirigentes de la Unión Europea, que obviamente no han conseguido su objetivo de reducir el lastre de la deuda y allanar el camino hacia la recuperación. (…) Los Gobiernos regionales (españoles) malgastaron miles de millones en proyectos de obra pública durante los años de ‘boom’. Pero ese dinero se ha perdido, y la sanidad y la educación no deberían verse sometidas a grandes recortes en tiempos de crisis. (…) En una profunda recesión como esta, no es el mejor momento para hacer frente a problemas de largo plazo como el coste de las pensiones y el envejecimiento de la población. (…) Dado que los parados de larga duración están empezando a perder las prestaciones por desempleo, la pensión se ha convertido en la principal fuente de financiación de cientos de miles de familias”. Y mientras las desgracias se ciernen sobre los españoles, ¿qué postura adopta la Conferencie Episcopal Española? Lo cuenta Julián Casanova en un espléndido artículo en El País: “El integrismo se impone. Y con la educación y las finanzas a salvo, ¿para qué descender a los problemas mundanos?”. Claro, claro…

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