lunes, 28 de octubre de 2013

Extraño paternalismo




Ya está los turrones ocupando todas las estanterías y todos los pasillos de los supermercados. Cada año se adelanta más todo lo concerniente a las fiestas navideñas. La cosa es que el ciudadano gaste en laminerías y que éstas endulcen los malos tiempos que corremos. Leo en la prensa local que “los amantes del turrón pagarán por él un 40% más que el año pasado”. EL precio de la almendra se ha disparado por las malas cosechas. Algo similar ocurre con el precio de los piñones. Lo que ya no entiendo es qué tienen que ver los almendros con los pinos. Doy por hecho que también subirá de precio el marisco, el besugo, los roscos de anís, los mazapanes y los soplillos alpujarreños. Siempre nos quedarán las marcas blancas. Pero, en cualquier caso, el turrón no es un artículo de primera necesidad y se puede pasar sin probarlo perfectamente. Lo que sucede es que, una vez terminadas las fiestas navideñas, los fabricantes se quejarán de la disminución en sus ventas. Todavía, en la mayoría de las empresas, curiosamente, se sigue dando el acostumbrado “regalo de Navidad” de acuerdo con los usos y costumbres. La razón de esa aparente “esplendidez” de la rumbosa patronal consiste en que tal “detalle” está considerado como un gasto deducible en el Impuesto sobre Sociedades, sin que sea necesario que figure en convenio colectivo o en algún tipo de pacto que les obligue a ello. En lo que respecta al IVA de los “lotes de Navidad” entregados por la empresa a sus empleados, por todos es sabido que  no es deducible, salvo que tal regalo  lleve impreso el logotipo de la empresa. Entonces se considerarán como objetos publicitarios y no como regalos, con lo que el IVA sí será deducible, siempre y cuando el valor unitario del regalo no supere los 90,15 euros. Por esa razón, algo menos de ese importe suele ser el valor del “paquetito” que casi todas las pymes entregan a mediados de diciembre, en un rasgo de “extraño” paternalismo con tufillo de otras épocas, a los trabajadores de la empresa.

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