Al alcalde Belloch, que me lleva
ya cobrados en lo que va de año tres recibos de IBI, le ha dado por las
banderas. Había una en la Plaza
de España cuyo mástil se quebró por el viento el pasado 5 de febrero, después
de llevar cuatro meses en pie. Pues nada, hoy, día 10, a las 10, dando una
tregua por las fiestas pilaristas a los recaudadores de contribuciones para que
puedan montarse en los caballitos, se acaba de inaugurar otro mástil nuevo que
ha costado nada menos que 9.000 euros. Ya se han realizado las correspondientes
pruebas de carga, como si se tratase del Puente de Brooklyn. Digo yo que ahora
se tratará del trinquete del barco “La
Pinta”, en el que se encaramó Rodrigo de Triana por ver si
aparecían brotes verdes en el horizonte. Está colocado sobre un pináculo, que
gira como una veleta, según sople el cierzo. Se cuenta que la bandera de España,
de 6 x 4 metros,
se arriará cuando el viento supere los ochenta kilómetros por hora. Es decir,
de ahora en adelante será necesario poner a un bombero de guardia en sus
proximidades, como en los teatros, con un anemómetro sobre el casco. Así, que
hace un ventarrón de la leche, se arría; que el tiempo parece calmado, se iza.
Y por si ello fuera poco, Belloch ya tiene pensado colocar otro mástil, supongo
que aprovechando la mesana que arbolaba en la misma nao, ahora con la bandera
de la Ciudad,
o sea, el león rampante sobre fondo colorado, en la Plaza de las Catedrales. El
precio, el mismo, es decir, otros 9.000 euros, que tampoco es mucho si tenemos
en cuenta la calidad de los materiales y cómo se está poniendo la vida.
“Fuentes generalmente bien informadas” (como solía decir el ABC “verdadero” cuando la noticia que ofrecía
en su “canela fina” Anson no estaba suficientemente contrastada) me han contado
de forma discreta que el lote de los tres palos de “La Pinta”, trinquete, mayor y
mesana, se los compró Belloch a un pariente lejano de Enrique el Navegante, que
parece ser que anda ahora vendiendo calzoncillos “Cañamares” al por mayor y al
detall por la parte de Valencia. El palo mayor todavía no tiene ubicación, pero
confío en que se instale en El Seminario, reconvertido en “Ayuntamiento bis”,
en vista de que no existen otras vocaciones que no sean las de trincar, como se
trincan las banderas, del modo más expeditivo.
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