Antes, éstas eran las fechas de
los viajes del Imserso. Unos a Almería, otros a Mar Menor y los más osados a
Tenerife, que era como volar a Cuba pero haciendo un recorrido más corto. Ya ni
eso. Los abuelos bastante tienen con prestar atención a hijos y a los nietos y
no les queda tiempo ni para rascarse la espalda, que bastante tienen ya con
rascarse el bolsillo por ver si aparece una moneda en algún pliegue de la
chamarrilla de plástico. Para mí que en las ciudades están desapareciendo los
gorriones y aquellas golondrinas acharoladas y limpias que se posaban en los
alambres de telégrafos con la prestancia de un orfeón interpretando el Réquiem
de Mozart. Sólo vuelan por los aires los papeles y las bolsas de los
supermercados por culpa del cierzo y de las carencias en la limpieza pública.
Zaragoza es una ciudad muy sucia, con paredes llenas de grafitis y el aumento
progresivo de una plaga de bicicletas y de terrazas de bares que dificultan el
tránsito peatonal en todas las aceras. El alcalde Belloch cuenta a los medios
que no va a subir las tasas municipales. Lo que calla es que va a elevar las
plusvalías. Y José Ángel Biel, líder del PAR, ya está pasando factura a Luisa
Fernanda Rudi por su apoyo al gobierno regional. Le exige 46 millones de euros
para las comarcas, que es donde Biel mantiene su feudo y no tiene empacho en
decirle a Rudi que su apoyo “bien vale” el 1 % de los Presupuesto de la Comunidad. Pero
de esos 46 millones, pretende que 30 sean distribuidos discrecionalmente, como
los ugetistas andaluces con las mariscadas trincando el dinero de los ERE’s, o
como se repartieron algunos sinvergüenzas los fondos reservados del Gobierno.
Aún no se ha enterado Biel, según se deduce, que las empresas públicas
controladas por la DGA
(entre las que se encontraban a finales de 2011 Plaza Servicios Aéreos,
Inverzona 6 y 2, Teruel Aviación, Gestión de Energías Renovables de Aragón,
Teruel Avanza, Logisara, Conservas del Arba, Sociedad para el Desarrollo
Agrícola y Social de Aragón, Promoción Exterior de Zaragoza y Mondo Plaza,
careciendo de actividad) cerraron 2012 con 99’5 millones de pérdidas y que en
su conjunto acumulaban una deuda viva de 485 millones. A finales de aquel año,
de 2011, Aragón tenía 103 empresas públicas, que por un decreto-ley de Medidas
Urgentes de Racionalización del Sector Público Empresarial se iban a reducir a
35, según declaró en su día Mario Garcés, consejero de Hacienda. A día de hoy,
el gobierno de Aragón, pese a haber hecho una importante poda, sigue
manteniendo 28 empresas públicas, bien como propietario (entre ellas la
radiotelevisión autonómica) o como accionista mayoritario. La deuda actual es
mucho más abultada: 550 millones de euros. Y si desglosamos, 400 millones
corresponden a las empresas en las que la DGA es propietaria o accionista minoritaria. Los
otros 150 millones se concentran en dos compañías en las que no tiene la
mayoría de las acciones, pero sí una participación significativa. Sólo por su
participación en la sociedad pública Zaragoza Alta Velocidad, participada por
el Ministerio de Fomento, la porción que deuda que le corresponde a la DGA supera los 100 millones de
euros. Como decía al principio, apenas se ven gorriones ni golondrinas
acharoladas. Ahora se posan sobre los alambres de la luz otro tipo de pájaros,
pero de mal agüero, dispuestos a cantarnos el “Libera me, Domine…”.
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