Emilio Calatayud da en la diana
Días pasados, con motivo de las fiestas del Pilar,
se anunciaba en la prensa local que los bares zaragozanos podían, si así lo
deseasen, sacar barras a la calle para animar el consumo en beneficio de la
hostelería. Sólo había que tener en cuenta unos requisitos: pagar un canon
municipal de 650 euros por nueve días y las barras provisionales sólo podrían ocupar la fachada del establecimiento y la
acera, en el supuesto de que tuviese cuatro metros de anchura. La Asociación de
Hosteleros y el Ayuntamiento ya habían firmado a finales de septiembre el
acuerdo correspondiente. Pero hoy, en Zaragoza,
el juez de Menores de Granada, Emilio Calatayud, en rueda de prensa
posterior a un encuentro sobre “Los menores y el alcohol. Las cosas
claras”, organizado por la Federación Cristiana
de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos de Aragón, ha arremetido contra
la hipocresía de los políticos en materia de bebida. Se ha preguntado “de qué
sirve modificar la Ley
de Trafico para duplicar la multa por consumo de alcohol al volante si se
permite que los menores se inicien en la bebida con 12 y 13 años. Estamos
creando borrachos. De igual manera que se protege a los no fumadores en
espacios cerrados, se debería prohibir el consumo de alcohol en la vía pública,
sean adultos o menores los consumidores. Todas las fiestas en España son
botellones institucionalizados”. Juan Alberto Belloch, que además de Alcalde de
Zaragoza es magistrado en excedencia, debería reconsiderar en lo sucesivo ese
tipo de acuerdos entre el Ayuntamiento que él preside y los hosteleros. Aquí,
según se desprende, “vale todo” mientras los hosteleros paguen un canon municipal
adicional de 650 euros por establecimiento. Y eso no puede ser así. Ya puestos,
que se permita también salir de los clubes de alterne ligeras de ropa a las
señoras que los ocupan y donde se ganan la vida, para que capten clientela por
la calle Alfonso o por el Coso. Como dijo el torero Rafael El Guerra: “lo que
no puede ser, no puede ser y además es imposible”. El Justicia de Aragón, en
nombre de todos los zaragozanos, debería denunciar en la Fiscalía de Menores ese
mal ejemplo hostelero y la mala catadura de unos responsables municipales que
sólo piensan en recaudar a costa de lo que sea. Porque si Fernando García Vicente sólo está para hacer
de figurín, aquí sobra.
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