lunes, 27 de julio de 2020

Charlatanes, hisopados y demás ralea



El médico Carlos Magis Rodríguez, refiriéndose al coronavirus, señala en El País que “aquí van a aparecer charlatanes que ofrecen curas mágicas”. Yo añadiría más: no tardando mucho, y de no descubrir pronto la Ciencia una vacuna eficaz, la Iglesia Católica, que siempre tiene un remiendo para cada descosido,  puede que hasta haga abogado de la Covid-19 a cualquier santo con pocas pretensiones. Pero esos doctores de la Iglesia que siempre saben responder deberán tener mucho cuidado en su cometido, no vaya a resultar que deleguen en algún deán catedralicio, a falta de mejor cosa que hacer, y éste eche mano, es un suponer, del libro de “Los Santos de Maimona durante la II República”, del veterinario Antonio Penco Martín y editado por la Diputación Provincial de Badajoz, donde en su interior se intercalan fotos de la época, procedentes del libro “Estampas para el recuerdo”, de Lucio Poves. Los Santos de Maimona no es ninguna relación de mártires de una época convulsa de la reciente Historia de España, sino el topónimo de un pueblo de Badajoz del partido judicial de Zafra y en la línea férrea Mérida-Sevilla, de algo más de 8.000 habitantes y con un alcalde del PP desde 2015 de nombre Manuel Lavado. Los Santos de Maimona perteneció hasta  1873 al Priorato de San Marcos, de León, y eso puede crear dudas y  despistar bastante a los funcionarios del Cielo. En resumidas cuentas, lo que se trata es de proclamar patrono de esta “nueva peste” a uno de esos santos de toda la vida y que gozan de gran prestigio entre la variopinta feligresía. Es decir, un santo de “amplio espectro” al que se pueda procesionar por las calles de los pueblos sin levantar recelos; verbigracia, san Blas, san Antonio de Padua, o san Roque, con prestigio demostrado. Porque encomendarse a san Deriderato de Besançón, o a san Abudemio de Ténedo, que no disponen de oración específica relacionada, sólo podría contribuir a que aumentasen las abultadas cifras de la pandemia. Y eso no conduciría a nada bueno.

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