sábado, 18 de julio de 2020

Un centenario que promete



Leo hoy en El Correo de Andalucía un artículo de Manuel Bohórquez donde señala que  “en 2022 se va a conmemorar por todo lo alto el primer centenario del Primer Concurso de Cante Jondo de Granada. Desconozco si la Bienal prepara ya algo porque los dos principales protagonistas del histórico certamen fueron sevillanos: Diego Bermúdez Cala, El Tenazas de Morón, y Manuel Ortega Juárez, Manolo Caracol. Un anciano de Morón de la Frontera y un niño de la Alameda de Hércules la liaron parda”. Por fortuna, tengo recopilados en un CD varios discos de pizarra originales de aquel “Primer Concurso de Cante Jondo” de 1922, tomados del archivo de Manuel de Falla y de Federico García Lorca, cedidos por la Fundación “Federico García Lorca”. Están presentes las voces de La Niña de los Peines, acompañados a la guitarra por Niño Ricardo y Manolo Badajoz; Tomás Pavón (hermano de La Niña de los Peines y tío del pianista Arturo Pavón, yerno de Manolo Caracol,  fallecido en 2005); José Cepero, acompañado a la guitarra por Ramón Montoya; Manuel Torres (artista invitado), acompañado a la guitarra por Hijo de Salvador; y Diego Bermúdez, El Tenazas de Morón, con el mismo acompañamiento. Por Bohórquez sé que “lo que en realidad le gustaba a Tomás Pavón, por encima de cantar fandanguillos,  era pescar barbos en La Barqueta o quedarse en su casa haciendo jaulas para canarios, arreglando relojes de bolsillo y escuchando a Chopin, su músico preferido. Cuando casi nadie hablaba de Chopin. Vivió los últimos años de su vida en una habitación de la casa de su hermano Arturo y su cuñada Eloísa, y en compañía de Reyes Bermúdez Camacho, su compañera de toda la vida, y de La Pirula, una muchacha a la que tenían recogida. Murió a las nueve de la mañana del 2 de julio de 1952, después de una larga noche de agonía junto a sus hermanos y su cuñado Pepe Pinto, que lo querían con locura”. Al referirse Bohórquez a aquel “Primer Concurso de Cante Jondo” el día del Corpus de 1922 en Granada, dice que  “fue un fiasco, aunque es verdad que sirvió para que los españoles, y parte del mundo, supieran que teníamos un arte como el flamenco, que, además, como denunciaron Falla y Lorca, los impulsores, se estaba comercializando demasiado e iba perdiendo su esencia. Ese fue el motivo del certamen, salvar el flamenco de las garras de quienes lo explotaban. Y Lorca, sobre todo, pensaba que la esencia estaba aún en el pueblo, aunque oculta. Creyeron encontrarla en el viejo Tenazas, un cantaor al que nadie conocía, pero que guardaba con celo los cantes de Silverio y Paquirri”. (…) “El de Morón (refiriéndose a Diego Bermúdez) disfrutó los últimos años de su vida y Caracol, que tenía sólo 12 cuando se celebró el certamen, sería precisamente quien llevaría el cante a su etapa más comercial, en una especie de maquinación con Pepe Marchena, Pepe Pinto y Juanito Valderrama. Precisamente, de lo que huían Lorca y Falla, que optaron por escuchar en casa discos de pizarra de Manuel Torres, Pastora Pavón, Tomás Pavón y Don Antonio Chacón”.

No hay comentarios: