jueves, 9 de julio de 2020

La sombra de la higuera



El presidente de Aragón,  Lambán, después de haber acompañado al rey por Jaca y el Valle de Ordesa ha declarado que “el mejor antídoto a los problemas de la Casa Real es Felipe VI”; y ha añadido que la Casa Real sale ganando enteros con la visita a Aragón y a otras Comunidades Autónomas”. A mi entender, el mejor antídoto para la Corona es que su padre, Juan Carlos de Borbón, devuelva y entregue al Fisco las presuntas comisiones recibidas, pida perdón a todos los españoles, tome el primer vuelo y se autoexilie para siempre fuera de España. Parece necesario, a mi entender, tomar esa postura  ante las “informaciones inquietantes que perturban a todos”, en palabras de Sánchez, y revisar la inviolabilidad del rey en la Constitución. Nadie puede estar por encima de la Ley, ni siquiera el jefe del Estado. La gira prevista de Felipe VI por  las 17 Comunidades Autónomas no creo que resuelva el problema de fondo. Mañana toca ir a La Rioja. ¿Irá el rey a las dos Ciudades Autónomas? Doy por hecho que no. No se debe “molestar” al vecino incómodo. Ya veremos cómo termina lo que ahora empieza. Cuentan los nigromantes que la sombra de Alfonso XIII planea el horizonte durante las giras de su bisnieto en forma de nube tormentosa que produce lobreguez,  como la sombra de la higuera.  Hace ahora 90 años del Pacto de San Sebastián, producto de una enorme ola de antimonarquismo. También al nieto de Isabel II le vitoreaban los santanderinos durante aquel último verano regio en La Magdalena. Si alguien lo pone en duda, le invito a que lea a Fermín Sánchez González,  más conocido como Pepe Montaña: “La Familia Real no faltó a ninguna de las corridas de Márquez, Marcial, Barrera, Villalta, Bienvenida, Cagancho, Gitanillo, Bejarano, Fortuna y Félix Rodríguez.  Por aquellos días, todos preparaban el recibimiento que se hizo a don Alfonso XIII el día que entró en nuestro puerto, al retorno de un viaje que había hecho a Inglaterra. Venía como un pasajero más del vapor trasatlántico Arlanza. La víspera de su arribada  entraron en la bahía, en esa niña bonita que cada día se adorna con un traje distinto, los buques de guerra españoles Blas de Lezo, Miguel de Cervantes, Almirante Cervera, Príncipe Alfonso, Méndez Núñez… La estampa no podía ser más bella y atrayente”.  Ocho meses más tarde, el rey partía al exilio ante la indiferencia de todos.

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