España está partida
ideológicamente en dos mitades casi iguales desde el siglo XIX, y ya se sabe...,
antes, con Canovas o con Sagasta; ahora, con el PSOE o con el
PP; que, como dicen los de Calatayud, “para el caso, de Tauste”. Los partidos
políticos minoritarios ya ni siquiera sirven para hacer ”bisagra”. Pero como
ayudan a la gobernanza de uno de esos dos partidos, se les ofrece un ministerio
de lo que sea, y si no existe, se inventa, como ha hecho Sánchez con Podemos, o al igual que hizo el PP con Convergència i Unió. Sólo es necesario
poner la zanahoria atada de un palo delante del pollino. Porque el que ayuda
siempre exige algo a cambio. Y a los nacionalistas parece que les hubiese hecho
la boca un fraile. Como en la canción de Pepe
Pinto: “¿Quieres un collar? De
brillantes”. Lo importante es conocer qué bando tiene en su dominio la
carabina para poder liquidar con aseo y plomillos de copa al tordo, al mirlo y
al gorrión aunque sólo sea para tomar las debidas cautelas. El que manda,
manda, aunque mande mal. Disponer del BOE equivale a tener la sartén por el
mango y el mango también. Pero, ánimo. Si los ciudadanos somos capaces de
componer versos de pie quebrado, alejandrinos monorrimos, serventesios, o
sonetos con estrambote, podremos soñar con recibir la flor natural en algún
ridículo saloncito de casino de provincias. No importa que el saloncito, rosa o
azul, sea cursi; que, como decía D’Ors,
lo cursi abriga. También nos quedará el democrático derecho al pataleo, aunque
se me antoje medida insuficiente. Y es que hay gente que cuando entra en el paroxismo
del fracaso, o en el éxtasis del triunfo, ignora la tremenda fuerza que tienen
los desengaños en el gallinero del alma. La Constitución del 78 sirvió
principalmente para afianzar la segunda restauración de la Corona. Mucha gente
dejó de ser franquista para
convertirse en juancarlista de la
noche a la mañana, como en una
transustanciación de la hostia, a mayor gloria de El Campechano. Y visto
lo visto, todo ello, ¡para qué? Hay cosas que no las entiende nadie.
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