El artículo de hoy en
ABC de
Ramón Pérez-Maura,
“El Rey no es el jefe del Estado”, me ha sorprendido. Señala el
periodista que en España se está viviendo una meticulosa labor de zapa contra
la Monarquía. Dice ese periodista:
“Constantemente
se le llama ‘el jefe del Estado’, que es un título que en la historia de España
sólo empleó
Francisco Franco a
partir de 1938, por encima de otros como ‘generalísimo’, y que le copió
en 1940 el mariscal
Pétain en
Francia, el que pactó con
Hitler”.
Personalmente no veo ningún baldón para
la Corona cuando a
Felipe VI
se le denomina jefe del Estado, de la misma manera que no parece un desdoro que
a su mujer se la designe consorte. Reina, que yo sepa, es la de Inglaterra. Ya
sabemos, no hace falta que lo aclare Pérez-Maura, que Felipe VI ocupa la
Jefatura del Estado por ser rey. Si España fuese una República,
Felipe de Borbón sería un simple
ciudadano de a pie al que sólo conocerían, si acaso, los vecinos de escalera.
Pero Pérez-Maura va más lejos. Cuenta que Felipe VI “
es Rey
de España por pertenecer a una dinastía que de padres a hijos o nietos se
remonta a Vermudo I de Cantabria en
789”.
Por lo que tengo entendido, Vermudo I (o Bermudo I) apodado el Diácono, fue rey de Asturias, hijo
de Fruela Pérez (Fruela de
Cantabria) y de Ozenda, segundo hijo
de Pedro de Cantabria y hermano de Alfonso I de Asturias. A Pérez-Maura se
le ha olvidado decir, ¡qué lástima!, que Felipe VI procede en línea descendente
de Diego Velázquez, según intentó
demostrar el diario ABC, mediante un
extraño bucle de un árbol genealógico donde se “demostraba” que el
actual jefe del Estado era nieto del genial pintor en decimotercer grado. A Pérez-Maura
debo recordarle que Felipe VI es rey de España por ser hijo de Juan Carlos I, nombrado sucesor a
título de rey y a dedo por Francisco Franco, entre otras cosas por vengarse de don Juan. No existían derechos históricos, a mi
entender, en los herederos de un rey, Alfonso
XIII, que huyó cobardemente de España en 1931. Pérez-Maura hace referencia
a Pétain y a Franco. ¡Vaya dos patas
para un banco! Franco se convirtió en jefe del Estado tras un golpe militar
contra la II República y una posterior guerra civil. El mariscal Pétain fue un traidor
a Francia tras la invasión alemana en 1940. Fue la cabeza visible del gobierno
colaboracionista de Vichy y el responsable de la redada del Velódromo de
Invierno, que supuso la deportación de 13.000 judíos. Por cierto, le guste o no
a Pérez- Maura, en 1938 Franco no era jefe del Estado, Lo era Manuel
Azaña, presidente de la II
República.
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