viernes, 24 de julio de 2020

El rey no es jefe del Estado, ¿dice usted?



El artículo de hoy en ABC de Ramón Pérez-Maura, “El Rey no es el jefe del Estado”, me ha sorprendido. Señala el periodista que en España se está viviendo una meticulosa labor de zapa contra la Monarquía. Dice ese periodista:  “Constantemente se le llama ‘el jefe del Estado’, que es un título que en la historia de España sólo empleó Francisco Franco a partir de 1938, por encima de otros como  ‘generalísimo’, y que le copió en 1940 el mariscal Pétain en Francia, el que pactó con Hitler”. Personalmente no veo ningún baldón para  la Corona cuando a Felipe VI se le denomina jefe del Estado, de la misma manera que no parece un desdoro que a su mujer se la designe consorte. Reina, que yo sepa, es la de Inglaterra. Ya sabemos, no hace falta que lo aclare Pérez-Maura, que Felipe VI ocupa la Jefatura del Estado por ser rey. Si España fuese una República, Felipe de Borbón sería un simple ciudadano de a pie al que sólo conocerían, si acaso, los vecinos de escalera. Pero Pérez-Maura va más lejos. Cuenta que Felipe VI “es Rey de España por pertenecer a una dinastía que de padres a hijos o nietos se remonta a Vermudo I de Cantabria en 789. Por lo que tengo entendido, Vermudo I (o Bermudo I) apodado el Diácono, fue rey de Asturias, hijo de Fruela Pérez (Fruela de Cantabria) y de Ozenda, segundo hijo de Pedro de Cantabria y hermano de Alfonso I de Asturias. A Pérez-Maura se le ha olvidado decir, ¡qué lástima!, que Felipe VI procede en línea descendente de Diego Velázquez, según intentó demostrar el diario ABC, mediante un extraño bucle de un árbol genealógico donde se “demostraba”  que  el actual jefe del Estado era nieto del genial pintor en decimotercer grado. A Pérez-Maura debo recordarle que Felipe VI es rey de España por ser hijo de Juan Carlos I, nombrado sucesor a título de rey y a dedo por Francisco Franco, entre otras cosas por vengarse de don Juan. No existían derechos históricos, a mi entender, en los herederos de un rey, Alfonso XIII, que huyó cobardemente de España en 1931. Pérez-Maura hace referencia a Pétain y a Franco. ¡Vaya dos patas para un banco! Franco se convirtió en jefe del Estado tras un golpe militar contra la II República y una posterior guerra civil. El mariscal Pétain fue un traidor a Francia tras la invasión alemana en 1940.  Fue la cabeza visible del gobierno colaboracionista de Vichy y el responsable de la redada del Velódromo de Invierno, que supuso la deportación de 13.000 judíos. Por cierto, le guste o no a Pérez- Maura, en 1938 Franco no era jefe del Estado, Lo era  Manuel Azaña, presidente de la II República.  

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