Estoy de acuerdo con Gabriel Ramírez cuando señala en El Correo de Andalucía que la situación política en España es catastrófica y que sus líderes no dan la talla. Escribe Ramírez: “Ayer, el ministro de Justicia anunciaba en el Congreso de los Diputados que se están tramitando los indultos de los políticos independentistas que protagonizaron una de las mayores idioteces políticas de la Historia de España. Ser puede ser independentista, se puede ser republicano o se puede ser nacionalista español. Lo que nunca es bueno es ser más tonto que pichote”. Lo que sucede, también, es que Felipe González no tiene autoridad para lanzar misiles desde Argentina a la línea de flotación del actual Ejecutivo que preside Sánchez, por muchas razones. La más importante de toda ellas es que, durante su largo mandato, en España se cometieron horrendos crímenes de Estado. Pero anunciar posibles indultos de políticos catalanes que protagonizaron un episodio de sedición cuando se intentan buscar apoyos para sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado no parece que sea una actitud seria en un Estado de derecho. Los presos políticos catalanes, o los terroristas vascos encarcelados por sus crímenes, no pueden ser moneda de cambio. La pandemia del coronavirus nos está poniendo a prueba a todos. No sé cómo saldremos de ésta. Pinta mal.
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