Menda lerenda

 

He tenido que remontarme al epítome de gramática gitana de Francisco de Sales Mayo, más conocido como Francisco Quindalé, autor de un Diccionario Gitano impreso en Madrid en 1867 y una Gramática Gitana (Librería de Victoriano Suárez, Jacometrezo, 72, Madrid, 1870) para intentar entender de donde viene la palabra menda. En el capítulo IV (del pronombre) observo que en caló se ha conservado una forma muy irregular. Así, en singular aparecen los pronombres de esta manera: menda, man = yo; tucue, tute, tue = tú; Ó (con acento) = él; siró = ella. En plural: amangue, mu, = nosotros, nosotras;  sangue = vosotros, vosotras; junós = ellos; sirás = ellas. Y hablando de “mendas lerendas”, me remonto a un suelto de La Voz de Avilés (18/05/2018) donde un ciudadano de 37 años que se correspondía con las iniciales R.V.V. se identificó como Menda Lerenda a la Policía que le pidió el documento de conducir en un control de alcoholemia en una rotonda de Avilés. El conductor le entregó al agente de la Autoridad un carné de la República Errante de Menda Lerenda que se había descargado de internet. Según manifestó el agente de la Policía Local ante el juez, “el conductor se negó a la prueba de drogas, bajó los pestillos de las puertas de su coche y nos grabó con el móvil”. R.V.V. no se presentó al juicio y el fiscal pidió para él seis meses de cárcel y la retirada del carné durante un año y un día. Aparte del significado de “menda” como individuo o sujeto indeterminado, que puede usarse como un término para descalificar a una persona por infinidad de motivos. Lo del añadido de “lerenda” sólo es una rima graciosa del “habla del Chamberí barriobajero” que se utilizó por primera vez en una obra de Pedro Muñoz-Seca, “La venganza de don Mendo”, un astracán estrenando en Madrid, en el Teatro de la Comedia, el 20 de diciembre de 1918. Menda, en definitiva, es una forma coloquial de referirse a uno mismo en tercera persona. La fórmula sigue en vigor en boca de los horteras.