Se me antoja triste convertir una discapacidad en una manera útil
de poder ganarse la vida. Eso acontecía en los circos y en
las barracas de feria, con personas con acondroplasia (enanismo), gigantismo
por un mal funcionamiento de la glándula hipófisis, con la mujer barbuda o con el hombre-elefante (síndrome de Proteus). Hubo una mujer, Wilgefortis (en España conocida como santa Librada) que no quiso casarse por
haber hecho votos de castidad. Su padre la obligó a casarse y ésta se volvió anoréxica yle comenzó a brotar barba y pelos por todo el
cuerpo por un desequilibrio hormonal, según una leyenda hagiográfica plasmada
en el “Leccionario Catedralicio Seguntino”,
escrito por Bernardo de Agén, más
conocido como “Breviario de D. Rodrigo”,
un adalid monje en la conquista de Sigüenza y el primer obispo de su diócesis. Murió
batallando contra los moros enel
llamado Vado de las Estacas de Huertahernando
(Guadalajara) en 1152; y su cuerpo reposa en el trascoro de esa catedral. Respecto
a Wilgefortis, se cuenta que su padre (rey de Portugal) al negarse ella a contraer
matrimonio conel rey moro de Sicilia, la hizo crucificar en
Castelo Branco. Pero todavía algunos estudiosos creen que se trata de una
leyenda para explicar el “Volto Santo de Lucca”, una famosa escultura italiana de Cristo
crucificado y con una larga túnica que los devotos medievales pensaban que era un
vestido de mujer. Pero volvamos al principio. Comenzaba mi escrito señalando
que una discapacidad física nunca debería ser motivo para ganarse la vida a
costa de la risa de los que pagan una entrada por ver ese triste espectáculo. Estos
días Teruel celebra las Fiestas del Ángel con un extenso programa de actos.
Entre ellos, el pasado martes, día 2, en la plaza de toros estaba programado el
espectáculo “Popeye y los enanitos
marineros”, de la empresaPatycar
Eventos SL.Por
lo que se desprende, la actual alcaldesa, Emma
Buj Sánchez, no estaba al corriente de que la Fundación Franz Weberpresentó en junio pasado una solicitud al Defensor
del Pueblo, Ángel Gabilondo,
pidiendo que se prohibiese ese tipo de actos discriminatoriospor chocar de frente con la dignidad de las
personas. Y Ángel Gabilondo, consciente de ello, remitió una “recomendación” a la DGA para que se
cumpliese la Ley General de Derechos de
las Personas con Discapacidad, pidiendo que se denegase la autorización de
tal acto festivalero. Javier Silvestre,
en un artículo publicado en Diario de
Teruel, al referirse a este asunto, se pregunta: “¿quién decide qué es
humillante y qué no?Según ese plumilla,
“los toreros que trabajan en 'Popeye y los enanitos marineros' lo hacen libremente. Pues verá usted, esa desvergüenza, señor Silvestre, la corrigen las leyes. Según la compañía de
espectáculos taurinos, “se ha pasado de tener 60 actuaciones al año en España a
tener solo la de Teruel este 2024. Es decir, que aquellos que legislan para
protegerlos les acaban impidiendo ganarse la vida como ellos consideren
oportuno”. ¿Acaso pueden ganársela de otro modo?La Fundación Franz Weber recordó al Defensor del Pueblo que “a esos espectáculos
suelen asistir niños, que reciben un contexto de mofa sobre ciudadanos con
diversidad funcional, considerando después aceptable la vejación o insulto de
las mismas personas, además de trivializar el sufrimiento de los animales
empleados en la plaza”. Ahora vendrá alguien diciendo que la Fundación está en contra de las cruentas corridas de toros. Y si lo estuviese, ¿qué pasa? La alcaldesa de Teruel debería ser conocedora de que el Reino de España aprobó
en 2023 el veto de los espectáculos denigrantes para las personas con
discapacidad. El Ministerio de Derechos
Sociales, Consumo y Agenda 2030 que preside Pablo Bustinduy ya ha
presentado la correspondiente denuncia a ese Ayuntamiento y ha pedido a la Fiscalía General del Estado que abra
diligencias contra el consistorio turolense debido a que ese acto lúdico supone
una infracción de la ley general de derechos de las personas con discapacidad y
ha solicitado al Gobierno aragonés que abra un expediente sancionador. Es el
segundo año que el Ayuntamiento de Teruel infringe la Ley aragonesa 5/2019, y
en concreto su artículo 85. Pero de un Gobierno aragonés formado por la coalición
de PP y VOX puede esperarse cualquier cosa. Ya nada me sorprende, ni las charlotadas en política.
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