Opinar no es delito

 

Por lo que leo, al diario El Debate, que dirige Bieito Rubido, le preocupa  en gran manera que PSOE y Sumar hayan llegado a un acuerdo para reformar el Código Penal y derogar los “delitos de opinión”. ¿Desde cuándo poder opinar es delito? Esos “delitos de opinión” hacen referencia a injurias contra la Corona,  las altas instituciones del Estado  o las ofensas contra los sentimientos religiosos. Un  “paquete” de medidas tendentes a suavizar  la “ley mordaza” del Gobierno Rajoy. En ese sentido, Yolanda Díaz  ha hecho público que “quienes practican el pseudoperiodismo vulneran los códigos deontológicos” y, en consecuencia, “serán privados de financiación pública”. Ahí es donde le duele al director de un diario propiedad de la Asociación Católica Propagandística, creado en 1910 por Herrera Oria,  cerrado en 1936 con el triunfo del Frente Popular  y reabierto en edición digital en 2021con financiación garantizada para cinco años. Pero al hacerse cargo del nuevo El Debate, Rubido hizo unas declaraciones a Confidencial Digital sobre la situación actual de la prensa, indicando que “el mercado de los medios está totalmente saturado, pero el enfoque que tienen el 70% de las cabeceras sobre la sociedad española es de izquierdas”. ¿Me podría Rubido señalar los nombres de esas cabeceras? Porque, a mi entender, la prensa de izquierdas en España en la actualidad es casi nula.  También, a mi entender, el reflejo de las ideologías en la prensa, tanto en papel como en sistemas digitales, no está solo contemplado en las noticias tendenciosas de unos redactores afines a ideologías conservadoras que le dan de comer, que también, sino, a ese espejo rancio reflejado en los editoriales, o sea, en su músculo. De hecho, con ello no descubro nada, existen diarios, y pongo como ejemplo el caso del diario  ABC, que desde sus inicios en 1905 de la mano de Torcuato Luca de Tena, se ha mantenido en su línea editorial incluso ahora, en manos de Vocento. Es un diario escrito y dirigido a un determinado sector: católico y monárquico. Pero debo decir  a favor de ABC que su editorial se encuentra dentro de los límites de lo ético. No es el caso de El Debate, donde los columnistas, casi todos “desertores” o en su día expulsados de ABC (incluido su director) practican (siempre a mi entender, por supuesto) una constante, maliciosa y vergonzosa labor de zapa. Y algunos  de esos columnistas de diario insultan sin miramiento a todo aquel que no piensa como ellos, aprovechándose de la bondad de la democracia y mediante un pseudoperiodismo  demagógico, infame y de pésimo gusto. ¿De qué se queja El Debate, cuando tiene libertad para decir lo que le venga en gana? Estaría bueno que cualquier ciudadano respetuoso con la ley no pudiese cuestionar los abultados casos de pedofilia en el clero, o el “privilegio” de las inmatriculaciones por certificación (más de 30.000 en los últimos diez años) de la Iglesia católica en el Registro de la Propiedad sin  acreditar título alguno que  demuestre dominio por los cauces ordinarios. La Conferencia Episcopal se benefició de la reforma de la Ley Hipotecaria de 1998 donde se establecía el artículo 206, ya que desde las desamortizaciones de Mendizábal y de Madoz, respectivamente, se había desprovisto a la Iglesia católica de la capacidad de registrar bienes de forma ordinaria. No se debe privar a la ciudadanía del derecho al pataleo y a decir lo que le pida el cuerpo, siempre con el debido respeto.