viernes, 23 de agosto de 2024

Oficio de difuntos

 

 


Los 31 vecinos de una pedanía de Valencia de Don Juan, Cabañas, están indignados por la ausencia del cura en los actos litúrgicos que debían haberse celebrado con motivo del patrón, san Luis. Habría que preguntar qué le ocurrió al párroco, Salvador Valbuena Turienzo, para permanecer ausente en esa celebración en la parroquia de san Pedro. Ya de paso, los vecinos aprovecharon esa ausencia para alzar la voz de alarma sobre el deterioro existente tanto en la iglesia como en el cementerio, ambos bajo la responsabilidad de ese párroco. La iglesia –dicen- sufre graves deterioros, y en el cementerio, propiedad de la parroquia, hay amenaza del derrumbe de una tapia, “poniendo en riesgo la seguridad del lugar”. Hombre, que a mí me conste, no existe peligro de que los muertos se mueran por la posible caída de una tapia. Sobre esa pedanía, señala en 1846 Pascual Madoz en el quinto volumen de su “Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar” lo siguiente:

“CABAÑAS: l. en la prov. de León (5 leg.), part. jud. y ayunt. de Valencia de D. Juan (1/2), dióc. de Oviedo (28), aud. terr. y c. g. de Valladolid (18): sit. en la vega que hay entre Fresno y Valencia de D. Juan; combátenlo los vientos del S. y SE. con especialidad; su clima no es saludable á causa de los muchos pantanos que se forman en el térm. Tiene 16 casas; igl. parr. (San Luis) servida por un cura y su escusador; el curato es de ingreso y patronato laical. Confina N. Fresno de la Vega; E. y S. Valencia de D. Juan, y O. el desp. de Villaonillos, á 1/2 leg. el mas dist. El terreno es llano, de buena calidad y le fertilizan las aguas del Esla, que en las grandes avenidas destruye sus campos y pone en eminente peligro á la pobl. Los caminos locales; recibe la correspondencia de la cap. del part. prod.: trigo, cebada, centeno, legumbres, vino y alguna fruta; cria toda clase de ganado, aunque en corto número; caza de perdices y codornices, y pesca de barbos, truchas y anguilas. comercio: esportacion de los cereales sobrantes é importacion de los art. que faltan. pobl.: 14 vec., 56 alm. contr.: con el ayunt”.

Hay que evitar que los pueblos se vacíen, algo que parece inevitable. Muchos de ellos nacieron durante la Reconquista, cuando se utilizaba la repoblación para asentar territorio y defenderlo de los árabes ocupantes, y para recaudar impuestos con los que financiar guerras y cruzadas. Sus lentas despoblaciones tuvieron diversas causas, entre ellas la pobreza del suelo, que no producía lo suficiente para sobrevivir, la carencia de las mínimas infraestructuras, y las pestes que diezmaron. En concreto, la Diputación de León maneja actualmente la cifra de 1.236 los pueblos repartidos entre los 211 ayuntamientos en los que se divide el territorio provincial constituido oficialmente en 1833, que por entonces contaba con 1.407 pueblos, de los que 76 ya estaban  abandonados. Luis Pastrana Jiménez (1950-2003) señalaba en su libro “Despoblaciones leonesas” que “las dos desamortizaciones de tierras que sufrió la Iglesia por el poder establecido eliminaron el sistema económico basado en la propiedad monástica, bajo cuyo amparo se mantuvieron numerosos pueblos y aldeas de la zona, con los grandes monasterios benedictinos de San Benito de Sahagún y el cercano de Santa María La Real de Trianos, que dejó a sus pobladores sometidos a la suerte de las cosechas agrícolas. Muchos de aquellos pueblos se fueron abandonando, víctimas de saqueos y rapiñas, quedando actualmente de esas poblaciones simples referencias documentales en legajos y latinajos”. La experiencia demuestra que los lugares que mueren de abandono y desidia nunca vuelven a resucitar. La pedanía de Cabañas, según parece, está silente. Ya no cuenta con un cura que haga una misa de réquiem, por mucho que las campanas de la espadaña de su iglesia doblen a difunto.

 

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