sábado, 10 de agosto de 2024

El futuro manda

 


Daba por hecho que con el cambio de dirección en Diario de Teruel algo iba a modificarse, pero me he equivocado. Sigue siendo un diario rancio al servicio de la Diputación Provincial e incapaz de “mojarse” por temor a encogerse. A Chema López Juderías lo fulminaron de un modo caciquil por razones que desconozco, pero bajo la dirección de José Ramón Vicente nada ha cambiado a mejor, a mi entender, en el modo de hacer de ese diario. Labrando con los mismos bueyes se hacen idénticos surcos con la reja del arado. Así, ¿cómo no va a tener pérdidas? Tratar de mantenerse a flote a costa de publicidad institucional y de ayudas estatales no garantiza el futuro de un diario que, bajo la cabecera de “Lucha”, perteneció a la cadena de prensa del Movimiento. El agua estancada produce hedor y anidan los mosquitos o se evapora. Con la prensa inmovilista turolense pasa lo mismo: o se renueva y se hace un producto que “enganche” con el lector, o terminará desapareciendo, como sucedió en esta región con“El Noticiero”, “Amanecer”, “Aragón Exprés” y “El día”, por citar algunos. El primero de ellos fue un órgano de la prensa católica y de la derecha aragonesa. Dejó de publicarse el día de las primeras elecciones generales (15 de junio de 1977) tras 45 años de historia. El segundo, publicado entre 1936 y 1979 bajo el subtítulo “Diario nacional-sindicalista”, ocupó las instalaciones del difunto Diario de Aragón tras su incautación por la Falange. Su escasa tirada produjo unas pérdidas a mediados de los 70 de veinticinco millones de pesetas y en 1979 las pérdidas acumuladas superaban ya los sesenta y seis millones de pesetas y su tirada diaria era solo de 2.267 ejemplares. Ese mismo año se cerró. Más tarde se intentó vender su cabecera sin éxito. El tercero de ellos fue un diario de la tarde entre  1970 y 1983, dirigido por Eduardo Fuenbuena Comín.  Se hacía en los mismos talleres de “Zaragoza deportiva”. En 1979 pasó a ser diario de la mañana por el coste de distribución y sus  escasas ventas. Tuvo varios secuestros por la censura franquista, y dos subdirectores: en la primera etapa de 1970-73, José Luis Aranguren Egozkue, y de 1973 a 1980, José Luis Costa Velasco y como redactores jefes Pablo Larrañeta (1972-78), Benjamín Bentura (1978-79) y Antonio Herráiz (1979-82). Más tarde, Aranguren fue director de Hoja del lunes y Larrañeta director de El día. El cuarto diario, El día, contó con diez años de vida (1982-1992). Fue una ilusión temeraria que no caló en la mentalidad burguesa ni en un clero cerril en tiempos de tribulación e incertidumbre política. Un año antes entraba Tejero en el Congreso pistola en mano y un tricornio en la cabeza, como un personaje de los títeres. El Consejo de Administración de la nueva sociedad, como decía, estaba integrado por José Luis Batalla (registrador de la propiedad); presidente; Javier Oroz (economista); vicepresidente; secretario, Alfonso Horno (abogado); y, como vocales, José Ramón Bada (profesor), José Antonio Báguena (economista), César Jiménez (periodista), Pablo Larrañeta (periodista), Fernando Oliván (ingeniero) y Emilio Parra (empresario de cines). A finales de marzo de aquel año los talleres de confección del nuevo periódico eran ya una realidad, con maquinaria representativa de la tecnología más avanzada en artes gráficas. Desde mediados de febrero, contaba con un edificio de dos plantas situado en el polígono industrial “El Portazgo”, en la autovía de Logroño. En total, mil quinientos metros cuadrados, distribuidos en dos plantas. En la primera de  ellas, de doble altura, se situaba la rotativa, con posibilidad de sucesivas ampliaciones y realización de otros trabajos editoriales. La segunda planta, con ochocientos metros cuadrados, albergaba la redacción del periódico, la administración y los talleres de fotocomposición, montaje y fotomecánica. El 28 de mayo de 1982 se publicó el primer número del nuevo diario, con 64 páginas. En su mancheta, figuraba José Luis Batalla como presidente de la Junta de Fundadores, Javier Oroz Elfau como vicepresidente, y como gerente, Juan Manuel Gimeno Reverter; director, Fernando García Romanillos y redactor-jefe, Pablo Larrañeta. A propósito del cierre de El Día, Carlos Forcadell, uno de los fundadores de Andalán,  con el título “El cierre de una época”, escribía: “Se dejó de publicar Andalán; se cerró; porque los periódicos, como las casas, los museos, las universidades, los cines y los bancos, se cierran”.  De momento solo quedan en pie el diario “incombustible” Heraldo de Aragón, en manos de la familia Yarza, y El Periódico de Aragón, integrado en el grupo Prensa Ibérica. ¿Por cuánto tiempo? El que decida el lector.

 

No hay comentarios: