sábado, 8 de septiembre de 2012

Homenajes



Se dice “quedar como Cagancho en Almagro” cuando se hacen las cosas verdaderamente mal y en público. En agosto de 1927, Joaquín Rodríguez, Cagancho, no cumplió con las exigencias de unos aficionados que había llegado a Almagro hasta subidos a los estribos de los trenes y  que habían pagado en Ciudad Real auténticas fortunas en la reventa por ver una corrida donde, a la postre, el torero se mostró distante y cobarde con los toros que le habían caído en suerte. Casi noventa años más tarde ha sido Rafael Soto Moreno, Rafael de Paula, quién ha dado la “espantá”. Sucedió el pasado jueves en el Parador de Ronda. Ciertos clientes del Parador, que forman la peña “Los amigos de la Goyesca”, quisieron homenajear al torero jerezano retirado otorgándole la llave de oro del Parador. Pero De Paula, en vez de agradecer el reconocimiento, arremetió contra todo lo que se movía, o sea, contra Gonzalo Fernández, director del Parador; contra el extorero y pintor Humberto Parra, creador de la imagen que sirvió para ilustrar la carta de la invitación a la gala; contra la alcaldesa, Maria Paz Fernández, que había llegado al acto unos minutos tarde, y contra su propio hijo, Jesús Soto, que había presentado momentos antes su libro “"Entre clamores y espantás. El soplo del toreo". Decía Curro Romero en una entrevista al Diario de Jerez: “"La reacción del toro no la sabe nadie. Un toro es imprevisible”. La reacción de Rafael de Paula en el Parador de Ronda también fue imprevisible. Los presentes, que sólo deseaban agradar al torero, se quedaron con un mal sabor de boca. La “espantá” de Paula no estaba en el guión. Pese a haber visto el video, ahora no recuerdo si éste recogió de  la mesa la llave de oro del Parador para llevársela a Jerez. Da igual. Va a ser difícil que esa llave le pueda abrir las puertas en otros homenajes. Ya lo dijo Cagancho aquel malhadado día: Lo que no pue zé, no pue zé”.

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