Hoy está sembrado Alfonso Ussía
en el diario “La Razón”. Pero está sembrado
de odio. Ya sabemos que a determinada edad, como es la suya y la mía, uno puede
decir lo que le venga en gana sin temor a represalias. Pero lo que no se debe
admitir bajo ningún concepto es que Ussía escriba frases de este tenor: “Y
tenemos a nuestros soldados en Afganistán y en el Líbano, allá donde son
enviados, cumpliendo con un espíritu insuperable, cuando en realidad donde nos
harían falta es en Guipúzcoa. Y eso es lo que quería decir y que nadie se
atreve. Ya hemos cumplido con Afganistán. Vamos a cumplir con España, y a ver
que tal”. ¿A ver qué tal, qué? A mi entender,
España no está sumida en un Estado de excepción y, en consecuencia,
ninguna provincia española necesita que salgan los tanques a la calle, como hiciera
el tío de ese escritor, Jaime Milans del Boch y Ussía, la tarde-noche del 23 de
febrero de 1981 por las calles de Valencia. ¿Seguro que harían ahora falta
tropas en Guipúzcoa? ¿Para qué? Este escritor entiende, por lo que se desprende
de su panfleto incendiario, que estamos en otro tiempo y en otro lugar, o sea, en
octubre de 1934 y en Asturias, y no con el Gobierno de Mariano Rajoy intentando
gobernar España con más o menos acierto sino con el Gobierno de Alejandro
Lerroux proclamando el estado de guerra. En otro apartado de su trabajo, Ussía
dice que “España es una democracia en la que insultar al Rey, vejar a los
jueces y miembros de las Fuerzas de Seguridad del Estado y robar a la luz del
día, se han convertido en ‘asuntos menores’. Encarcelamos a los que roban
gallinas y soltamos a los criminales terroristas por temor a un alboroto”.
Vamos a ver, ¿quién insulta al Rey? ¿Ussía sabe de alguien que insulte al Rey?
¿Si es así, por qué no lo denuncia? El delito de injurias, que yo sepa, está
tipificado en los artículos 208 a 210 del Código Penal, y
las injurias y calumnias contra la
Corona vienen reguladas en el artículo 490.3 de ese C.P.
Posiblemente ese columnista tenga razón cuando señala que se encarcela a los
que roban gallinas, pero se les encarcela, y eso no lo ha dicho, cuando son
reincidentes o tienen otras causas pendientes con la Justicia. Podía
haber dicho Ussía, y hubiese estado en lo cierto, que determinados corruptos, ladrones de
millones de euros, sigue en libertad tan campantes, o que a veces se indulta por
el Gobierno a tipos que no se lo merecen; verbigracia, lo que vergonzosamente
hizo el Gobierno Zapatero con Alfredo Sáenz en la primera reunión del Consejo
de Ministros tras la derrota del 20-N. Pero Ussía eso no lo ha dicho. No se
puede molestar a su amigo Botín. ¡Que pena de hombre!
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