jueves, 20 de septiembre de 2012

Un rayo de luz




Leo en ABC de Sevilla algo que “ocurre sólo una vez al año. Cada 19 de septiembre, a las 19.35 horas -según  la hora del Gobierno- un rayo de sol accede por uno de los ventanales de San Juan de la Palma y va recorriendo el retablo mayor del templo hasta alcanzar el rostro de la Virgen de la Amargura”. Bueno tal “milagro” sucederá año tras año y siglo tras siglo siempre que la talla artística  no sea movida medio metro de su sitio, siga existiendo la holgura en la ventana que da a la calle Feria que permite la entrada de luz solar y, lo más importante, que no salga el día nublado. Ese mismo día, en Nápoles, se licúa cada año la sangre de san Genaro. Es costumbre que en fecha tan señalada acudan muchos hispalenses a contemplar el resplandor sobre la faz. Algunos ciudadanos se arrodillan a la espera de ese momento y hasta sienten un fervorín difícil de explicar. Onubenses, hispalenses y gaditanos ocupan esa “tierra de María Santísima” que hacen suya cada año, tanto en el Rocío como en los actos procesionales en los que la saeta cantada desde un balcón de Sierpes o de La Campana rompe la noche morada  con “sonios negros” y elocuentes. La fe mueve montañas y, tal vez, la Virgen de la Amargura representa hoy mejor que nadie ese clavo ardiendo en el que agarrarse. Cáritas detecta que la crisis está afectando gravemente a familias “normalizadas” en la disyuntiva de comer o pagar la hipoteca. Se necesita ese rayo de luz, aunque sea una vez al año.

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