La presentadora de un programa
matinal de Televisión Española, María
Dolores Montero Abárzuza, se tuvo que disculpar de los telespectadores por
haberse preguntado si los órganos trasplantados a otra persona tienen
alma. Esta presentadora, al parecer,
“tiene sus dudas”. El asunto estaba relacionado con la posible donación de
órganos del asesino confeso de El Salobral, Juan Carlos Alfaro. Y sorprendentemente
añadió: “He sentido tranquilidad al saber que los órganos de este hombre
no van a dar vida a nadie, sinceramente”. Pero ya la rematadera fue cuando dijo
que “yo no querría esos órganos”. Mariló Montero, como así se la conoce en el
mundillo de la “telemierda”, procuró dejar a los televidentes “mucho más
tranquilos” cuando dejó claro que la
relación entre los órganos trasplantados y la posible inclusión del alma del
difunto en la persona que los recibe “no está demostrado científicamente”. El alma, por si lo desconoce la señora
Montero, es el componente espiritual de los seres vivos. Y gracias al alma, el
ser humano dispone de instintos, sentimientos, emociones, pensamientos y
decisiones libres. Por otro lado, de haber recibido un enfermo en lista de
espera uno o varios órganos del señor Alfaro, cosa que por razones que
desconozco no ha sucedido así, hubiera supuesto para el receptor una
indiscutible mejora en su futura calidad de vida. Decía la señora Montero que
ella no querría recibir esos órganos. ¡Que casualidad!, eso mismo dicen los
gitanos. Pero la señora Montero lo dice con la boca pequeña porque no necesita un trasplante, cosa de la que me
alegro. En España las donaciones, salvo que procedan de familiares vivos, son
de personas anónimas fallecidas, es decir, inanimadas, y el receptor o
receptores de alguno de los órganos injertados en su quebrantado cuerpo jamás
sabrán la procedencia. Aunque parezca una paradoja, hasta un asesino tiene poder para salvar
vidas después de muerto. La señora Montero aprovechó para decir que ella era
donante. Pues muy bien, que Dios se lo pague. En el mundillo de la “telemierda”
estatal todo es posible. Lo malo es que a determinados presentadores
impresentables, donde incluyo a la señora Montero, les pagan, y mucho, por
decir sandeces con cargo al contribuyente. Y lo peor es que determinados sujetos,
donde incluyo a Alfonso García, ocupen puestos de responsabilidad en la
dirección de programas.
1 comentario:
Vaya petarda analfabeta!!!! Así nos va en este país de mediocridad enchufada....
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