Hoy ha
terminado el Debate sobre el Estado de la Nación y las aguas han vuelto a su cauce. Esteban
González Pons hacía ayer unas declaraciones
señalando que “el PSOE “pasa de pedir la abdicación de Rajoy a pedir la del Rey mientras el líder de la Oposición está en la
tribuna del Congreso”. Falso. Fue Pere
Navarro, del PSC, el que hizo tales declaraciones y Elena Valenciano ha
reaccionado poniendo las cosas en su sitio. El Rey bastante tiene con sus
problemas “mecánicos”. El próximo día 3 de marzo deberá pasar por el quirófano
en la cínica madrileña La
Milagrosa para corregirle la agudización de una hernia
discal, con lo que deberá posponer un viaje a Marruecos sin un objetivo
concreto para los intereses de España, es decir, por invitación expresa de
Mohamed VI. El Rey está en su derecho de aceptar las invitaciones que crea
oportunas, pero cada ciudadano, también el Monarca, debería saber con quién no
es recomendable tomar café ni para hacer negocios. Ay cosas que sólo se enseñan en la Universidad de la Vida. Se dice que los papas
han de morir en la cruz y los reyes en la cama. No sé. Por lo pronto, Ratzinger
se ha desclavado de los palos del Gólgota y ha decidido esconderse en un
convento de monjas de clausura. Es un detalle significativo. No puede haber dos
papas ni dos reyes ni dos dioses a la vez, por mucho que se trate de Tres
Personas Distintas. Tal vez, por esa razón, una pestaña tapa la Hostia de la enorme
custodia del Altar Mayor de la
Catedral de Lugo cada vez que el sacerdote, revestido con la
capa pluvial, bendice a los fieles con otra custodia más pequeña a pie de
sagrario.
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