Mañana es Jueves Lardero, aunque
el frío general que azota España no va a permitir que se convierta en una
jornada campestre que tiene sus raíces en la
Edad Media en el ámbito cristiano. Su
celebración acontece el jueves anterior al Miércoles de Ceniza, que es día de
ayuno y penitencia, da comienzo la
Cuaresma y no terminará hasta el Domingo de Ramos. Es, por
decirlo de alguna manera, la despedida de los placeres de la carne, como
también lo es el Carnaval (“carnem levare”). Lardero, según unos, viene del
verbo lardear, que significa untar o envolver en grasa lo que se va a asar. Y otros
entienden que viene del nombre latino “lardus”, que equivale a tocino de cerdo.
Sea como fuere, en Cataluña se conoce como Dijous Gras (jueves graso) y es típico
comer butifarra d’ou (butifarra de huevo) y coca de llardons (chicharrones); en
La Rioja son
típicos los “bollos preñaos” (el “bollu preñáu”, en Asturias, es de pan y del
tamaño de un puño) que llevan incrustados trozos de chorizo y las típicas
“culecas”, tortas grandes que incluyen en el centro uno o dos huevos duros
enteros y con cáscara. Las “culecas”, que es un vulgarismo de la palabra
clueca, es costumbre de comerlas en diferentes fechas según el lugar: así, en
Ólvega (Soria) pueblo próximo al Moncayo, se consumen durante la Romería de San Marcos, en
Ateca (Zaragoza) el día de Jueves Lardero, en el próximo pueblo de Terrer, que
dista sólo siete kilómetros, el Domingo de Resurrección; en Borja (Zaragoza) el
día de San Jorge, etcétera. Curiosamente, el “bollu preñáu” asturiano, al que
hacía referencia, se suele distinguir del bollo con chorizo normal a simple
vista porque los panaderos le dejan al “bollu preñáu” un “cuerno” de chorizo
lardeado en el centro del pan, como un ombligo, sobresaliendo del “vientre”. En
Albacete se celebra el “Día de la
Mona” y se come el típico “hornazo”, que es otra manera
distinta de llamar a la “culeca” (bollo con huevo duro en el centro) que se usa
en Aragón y en algunas zonas de Andalucía. En Aragón lo típico es salir al
campo con pan, el “palmo” de longaniza y una bota con vino tinto de garnacha.
Ya lo dice el refrán: “Jueves Lardero, longaniza en el puchero”. Lo digo con
ternura, que es el reposo de la pasión.
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