martes, 5 de febrero de 2013

Rimbombantes epopeyas




Ahora cuenta Luis Bárcenas que el libro de cuentas no es suyo y que su caligrafía tampoco. En consecuencia, si hacemos caso al extesorero del PP, se trata de un documento apócrifo, indebidamente atribuido a éste; o sea, algo parecido al Evangelio de Santo Tomás, cuya autoría se desconoce, o  El Libro de la Sabiduría, que tampoco parece haber sido escrito por Salomón. Dejémoslo estar. No la toquemos más, que así es la rosa. El libro de cuentas que se atribuye a Bárcenas digamos que es anónimo, como el Lazarillo de Tormes, escrito en primera persona y con carácter epistolar, o el Cantar de Mío Cid, donde se relatan hazañas heroicas inspiradas libremente en los últimos años de la vida de Rodrigo Díaz de Vivar. Los libros de teneduría contable, en cualquier caso, siempre merecen respeto, no por los apuntes que puedan contener, que también, sino por su encuadernación, la calidad del papel y la simpleza de su rayadillo. Una parte de las “Memorias” de don Manuel Azaña (aquellos “Diarios” que incluyen parte de los años 1932-33, robados a Cipriano Rivas en el Consulado General de Ginebra por el diplomático Antonio Espinosa Sanmartín y más tarde enviados a Franco) eran “cuadernos comerciales de los llamados diarios, de cuatrocientas páginas foliadas, con divisorias y casilleros para los arqueos, de cubierta negra, imitando a piel, conteras y lomo amarillo claro”, según la exacta descripción que hizo de aquellos “Cuadernos” el sinvergüenza Joaquín Arrarás (“Memorias íntimas de Azaña”. Ediciones Españolas, Madrid, 1939. p. 30) y recogidos en su Introducción a “Los cuadernos robados” por Santos Juliá (Grijalbo Mondadori, Barcelona, 1997, p.IX, como nota al pie). Sostiene Bárcenas que alguna persona que ha tenido acceso a la contabilidad del partido ha estado colaborando con este montaje”. En fin, creo que la mejor solución es que Bárcenas se acerque al plató de Telecinco a la caída de la tarde y se someta al polígrafo de “Sálvame Deluxe”, por el que supongo que ya habrán pasado Kiko Matamoros, Belén Esteban, Miriam, Pipi, Mila Ximénez, Lydia Lozano, Karmele y el resto de la panda que controla Jorge Javier Vázquez unos días y Terelu Campos otros, donde hablan todos a la vez mientras comen sin ahogarse, gritan y se despellejan por mor de la audiencia. Son rimbombantes epopeyas que observamos en batín y zapatillas y en las que la sangre nunca llega al río.

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