Aquí parece que hay muchas ganas de ajustar cuentas. En el
palenque del Hemiciclo hemos podido ver de todo: a los que desean gobernar sin
que les salgan las cuentas, a los que desean permanecer en el Gobierno aunque
se caiga el mundo, y los otros, es decir, los que saben que no van a gobernar
pero que aprovechan los cinco minutos que les concede Patxi López en la tribuna del Congreso para que puedan soltar sedal
del carrete del resentimiento. Me da la impresión de que habrá nuevas
elecciones generales el 26 de junio y que los resultados electorales de esa
nueva consulta popular no variarán mucho de la duodécima desde la transición a
la democracia y la primera con Felipe VI
como Jefe del Estado, celebrada el pasado 20 de diciembre. Los eslóganes de los
partidos fueron de lo más variado: PP, “España en serio”; PSOE, “Un futuro para
la mayoría”; Podemos. “Un país contigo, Podemos”; Ciudadanos: “Con ilusión”;
etcétera. ¿Qué eslóganes pensarán ahora los partidos políticos en el supuesto
de que haya que volver a las urnas? Las últimas encuestas del CIS señalan que
los españoles no ven entre sus principales preocupaciones la dramática
situación de los refugiados a las puertas de Europa; la violencia de género
sólo es señalada como un gran problema para el 1’6%; sólo están preocupados
por la ausencia de Gobierno el
0’6%; y por el desafío catalán el 0’8%.
Por lo demás, y así lo señala El País,
“en la cola de los problemas que menos importantes consideran los españoles se
sitúan las hipotecas, la subida de tarifas eléctricas, la Monarquía, la reforma
laboral y las guerras en general, que solo han merecido la mención como
problema del 0,1% de los encuestados. Sin embargo, la preocupación por la
corrupción se ha disparado ocho puntos” y constituye el segundo problema entre
los españoles después del paro”. Pues a mí, ciudadano de a pie (y a mucha
honra) me molestan muchas cosas pero de poco serviría comentarlas. Y me
molestan cosas, quizás nimias, que no aparecen en las encuestas del CIS. Y paso
a exponer un ejemplo de fácil comprensión:
Ahí
va el artículo de Consuelo Font en LOC que
ha molestado a Letizia Ortiz:
“Javier
López Madrid: el íntimo de del Rey Felipe con tarjeta black”.
El
Rey Felipe tiene muchos conocidos, pero sus amigos de verdad se cuentan con los
dedos de una mano y sobran dedos. Entre ellos está el empresario Javier
López Madrid, de 46 años, uno de sus íntimos desde la infancia, ya que
fue compañero suyo en el colegio de Los Rosales. Tan estrecha es la relación
que aseguran que Don Felipe puso a su primogénita Leonor en homenaje a la madre
de Javier, a la que profesa gran cariño y se llama así, aunque la apodan
'Leito'. Aunque ya ha devuelto el dinero (34.800 euros), López Madrid, como el
ex Jefe de la Casa
de Su Majestad, Rafael Spottorno, figura también entre los 86
directivos de Cajamadrid que utilizaron las polémicas tarjetas 'black'
para gastos privados. El amigo del Rey fue nombrado consejero de dicha entidad
en 2008, a
propuesta de la patronal madrileña CEIM, y posteriormente, cuando se constituyó
Bankia, su presidente, Rodrigo Rato, le guardó un asiento en
el consejo, motivo por el cual tuvo ya que acudir a declarar como imputado
junto con otros 32 consejeros a la Audiencia Nacional.
La fortuna de los hermanos López Madrid procede inicialmente de su progenitor, Germán
López, un espabilado gallego que logró traer a España nada menos que
la firma Volvo naútica, montando concesionarios por todo el
país hasta que los suecos le ofrecieron quedarse con la red pagándole un precio
multimillonario. Dicen que a partir de entonces el sencillo Germán adquirió
usos de nuevo rico y comenzó a codearse con lo más selecto de la jet patria. Su
primogénito, también llamado Germán, cogió el testigo paterno mientras Javier,
el pequeño, optó por dedicarse a las finanzas con bastante éxito. No en vano,
además de consejero delegado de OHL, se ha sentado en los
consejos de Fertiberia, Inmobiliaria Espacio o Ferroatlántica
y además fue presidente del broker Tressis. Claro que tuvo dos golpes de
suerte, uno de los cuales fue casarse con Silvia Villar Mir,
única hija fémina del todopoderoso Juan Miguel Villar Mir, que fue ministro de
Hacienda y vicepresidente económico del primer Gobierno de la monarquía,
gracias a lo cual don Juan Carlos le hizo marqués. A pesar de tener dos hijos
varones, Juan y Álvaro, Villar Mir siempre ha considerado a su yerno su mano
derecha en los negocios y, bajo su batuta, le ha ayudado a convertirse en un avezado
empresario.
LOS
ROMANCES DEL REY FELIPE
El
otro golpe de fortuna fue educarse en el colegio Los Rosales y compartir
pupitre con el futuro Rey Felipe VI. Don Felipe, cuando era soltero, sólo
confiaba en la ayuda y discreción de Javier López y Álvaro Fuster
para proteger de la prensa rosa sus romances. López Madrid era quien le
facilitaba los refugios para pasar inadvertido. Así ocurrió con Isabel
Sartorius, quien solía encontrarse los fines de semana con el entonces
Príncipe en la finca que su familia poseía en la localidad salmantina de
Peñaranda. Después fue la modelo norteamericana Gigi Howard la
que se alojó en el chalet que los López Madrid poseen en Puerta de Hierro, no
muy distante del palacio de la Zarzuela. Felipe de Borbón disfrutó de su hospitalidad
durante unas vacaciones con la modelo noruega Eva Sannum en el
lujoso dúplex que los López Madrid-Villar Mir poseían en Sotogrande. Volvieron
a ejercer de escuderos cuando Don Felipe inició su romance con Letizia, de
hecho cuando se produjo un incidente previo a su boda que motivó que les
registraran el equipaje en Miami, regresaban de unas vacaciones en Bahamas con
los López Madrid. La química entre Silvia y Letizia ha hecho
que sean una de las parejas más frecuentadas por los Reyes. El gran problema
para Felipe VI comienza ahora, al menos hasta que se aclare este turbio asunto
de las visas opacas que tanta crispación ha provocado en la opinión pública.
Rafael Spottorno no deja de ser un ex colaborador del Rey Juan Carlos y
pertenece al pasado de la institución, por lo que apartarle del entorno
regio es menos traumático. Otra cosa es Javier López Madrid, uno de
sus más allegados. ¿Tendrá que renunciar también a su amistad para preservar la
imagen de la Corona?
Y ahora la respuesta de Iñaki Gil (9/3/06)
Carta abierta a Su Majestad la Reina de España del director
adjunto de EL MUNDO, Iñaki Gil.
Estimada Señora:
Permítame
que me dirija a Usted con el tratamiento que como Reina de España merece. Además,
no gozo del favor de pertenecer a su círculo de amistades como para llamarla
simplemente Letizia, menos aún para apocoparla en Ltzia. Y, en
ningún caso, osaría dirigirme a usted como "compi yogui".
Porque no hago yoga. Y porque no soy su compañero. Ni su colega. Me alegra conocer, Señora, que se encuentra
Usted entre los más de seis millones de personas que leen cada mes La Otra Crónica
en el sitio web elmundo.es. Quizá también se encuentre Usted entre los
miles de lectores que disfrutan cada sábado del suplemento en papel del diario
EL MUNDO o, como persona de su tiempo, se lo baje a su tableta desde
Orbyt. Respeto, por supuesto, su opinión sobre nuestro trabajo. Nosotros
también opinamos sobre Usted. Aunque nunca hemos llegado a escribir de ninguna
prenda que usted vista, de ningún comentario suyo, de ningún mohín que
es "una mierda". Cierto es que su desprecio fue un mensaje
privado. Incluso habiendo difundido su comentario eldiario.es y siendo
reproducido por numerosas páginas web no espero de Usted una nota de disculpa.
Quizá una aclaración. Al menos, un 'whatsapp'. A mi juicio, las disculpas son
lo de menos. Son gajes del oficio, del mío digo, no del suyo. Un rifirrafe
entre periodistas. Lo de más es lo que sigue en su desafortunado
mensaje a Javier López Madrid, empresario, consejero delegado del Grupo Villar
Mir, al que la
Fiscalía le pide un año y medio por apropiación indebida en
el caso de las tarjetas black de Caja
Madrid. Sorprende que, cinco días después de conocerse la lista de beneficiarios
del plástico opaco, usted se solidarice con él. Contrasta esta actitud con la
salida fulminante de la Casa
Real de otro beneficiario de las dádivas negras de la
caja rescatada, Rafael Spottorno, consejero privado de su esposo, el
Rey Felipe VI, que fue apartado del cargo. En esos cinco días, ¿nadie a su
servicio llamó al señor López para preguntarle si era verdad la acusación y qué
pensaba hacer? ¿Acaso no fueron informados? ¿No dieron credibilidad a una
noticia que la propia Caja confirmó? Porque su mensaje parece dar a entender
que usted se enteró por LOC de los problemas de su compañero de yoga:
"Te escribí cuando salió el artículo de lo de las tarjetas en la mierda de
LOC y ya sabes lo que pienso Javier. Sabemos quién eres, sabes quiénes somos.
Nos conocemos, nos queremos, nos respetamos. Lo demás, merde. Un beso compi
yogui ('miss you!!!')" ¿Sabemos quién eres? Pues, Señora, espero que no.
Que su augusto marido y Usted no conocieran las andanzas del señor
López, al que un juez ha interrogado para saber si financió con un 1,8
millones de euros de dinero negro al PP en el marco de la 'operación Púnica'.
Espero que tampoco estuvieran al corriente de las tormentosas relaciones de su
compañero de yoga con la doctora Pinto, que darían para algún capítulo castizo
y sombrío a lo Grey. Confío en que, ahora que se conocen mejor y, pese a la
vieja amistad del señor López Madrid con su esposo, que se retrotrae a sus
tiempos de compañeros de colegio en Los Rosales, ya no se quieran tanto y se
respeten lo justo. Y que el presunto no sea invitado a su mesa. Lo demás,
efectivamente, 'merde'. Me sorprende en todo caso la imprudencia de Usted,
Señora, y de su marido al intercambiarse mensajes, más prudentes, cierto, los
de Don Felipe. Acaso no conoce su Majestad que este tipo de
comunicaciones están expuestas a la indiscreción de cualquiera,
empezando por el receptor y siguiendo por cualquier servicio exterior. O no
tiene noticia de que los correos de la canciller Angela Merkel fueron leídos
por los americanos. Es cierto que
cualquiera tiende a confiarse hablando o chateando con sus amigos y creo que
esos comentarios pertenecen al dominio de lo privado. Pero una Reina no
puede dejar de comportarse como tal ni un segundo. Ni permitirse
confidencias que puedan perjudicar la reputación de discreción de la
institución. Ni confianzas de "compi yogui" con alguien que se ha
demostrado poco de fiar. Ni escribir de forma despreciativa de una
publicación. De humanos es errar y de sabios, rectificar. Por eso,
todos los compañeros del diario EL MUNDO y muy especialmente los que hacemos La Otra Crónica,
no esperamos sus disculpas. Nos basta con que nos permita seguir
haciendo libremente nuestro trabajo, que fue el suyo, y con que nos
siga leyendo.
Nota:
He suprimido las separaciones en los párrafos a
fin de poder comprimir los textos de
Consuelo Font y de Iñaki Gil, respectivamente.
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