García-Margallo,
ministro de Asuntos Exteriores (en funciones de tarde y noche) nos sale ahora con
la sandez de que debería crearse un “FBI europeo” para luchar contra el
terrorismo yihadista. Y como no podía ser de otra manera, tales sugerencias las
ha hecho en 13TV, la cadena televisiva de la Conferencia Episcopal.
Ya puestos, también podría crearse una Policía Montada del Canadá europea, para
que durante las procesiones de Semana
Santa, por ejemplo, abrieran a caballo en España los desfiles de encapuchados
con un airón sobre la cabeza, que esas cosas siempre dan empaque. O quitar las casas-cuarteles de la Guardia Civil y nombrar a un sheriff en cada pueblo cada cuatro años para que mantenga el
orden en las calles, en las tabernas y en el fútbol local, donde siempre la
paga el árbitro. Según Margallo, “al terrorismo hay que combatirlo militarmente
y ganar sus territorios”. ¿En qué quedamos? Una de dos: o creamos un FBI europeo que comparta datos con los
servicios de inteligencia, o nos liamos a pasear tanques entre los eriales
asiáticos sin saber a quién disparar. A mi entender, ni una cosa ni la otra. Aquí
habría que crear, en todo caso, un FBI español para que, como dice Pérez-Reverte, “los políticos corruptos de sus partidos devuelvan el dinero equivalente a
los perjuicios que han causado al erario público”. Y, también, aquí habría que
crear una Policía Montada del Canadá española, para que los sementales de sus
yeguadas se luciesen en la Feria de Abril de Sevilla. Vamos, que si no somos
capaces entre todos los europeos de luchar contra el terrorismo yihadista,
cambiemos a los eurodiputados por los músicos de la Banda del Empastre y hagamos de Europa una
nueva Disneylandia.
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