lunes, 21 de marzo de 2016

"Kilómetro Cero" hispalense





Yo estaba en la creencia de que el “Kilómetro Cero” estaba en la Puerta del Sol, junto a la Casa de Correos de Madrid. De allí partían las seis carreteras radiales a diferentes partes de España, de la misma manera que de la Puerta del Sol parten  diez calles: Alcalá, San Jerónimo, Espoz y Mina, Carretas, Correo, Mayor, Arenal, Preciados, Carmen y Montera. Falta una callejuela en escuadra, que hacía el número once. Era la calle de Cofreros y que se encontraba con la de la Zarza, entre Arenal y Carmen. Su desaparición la cuenta de forma muy acertada Ramón Gómez de la Serna en “Historia de la Puerta del Sol”. Cuenta el autor:

“Allí hubo un incendio la noche del 17 de abril de 1815. Entonces sucedió que a las autoridades, consternadas, se les ocurrió formar una Junta magna de alcaldes para batir el fuego, y a la Junta lo primero que se le ocurrió fue embargar todos los cántaros de los aguadores para ponerlos al servicio de los apagafuegos. El capitán general entonces propuso combatir el fuego a cañonazos, que derruirían el edificio en llamas y toda la manzana. Al vicario, sacar en procesión a San Isidro como se hizo para el fuego de  1790 en la Plaza Mayor. En el entreacto, los insignificantes ‘jeringas’ de la villa intentaban calmar el fuego. Resultado: que a la mañana siguiente había desaparecido la manzana entera, que comprendía 17 casas, y que daba vuelta por la calle de los Preciados, de la Zarza y del callejón de los Cofreros”.

Como decía, mi creencia estaba equivocada. Curiosamente existe otro “Kilómetro Cero” en Sevilla, como hoy recuerda el diario ABC: “La sevillana calle de José Gestoso, que al menos desde 1384 y hasta 1918 se llamó calle de la Venera por la concha de piedra que aún hoy la distingue, da buena cuenta de ello. Tanto es así, que los cientos de transeúntes que la recorren a diario pasan literalmente por encima o por delante de las pequeñas pistas históricas que la envuelven: la baldosa que la cataloga como el Kilómetro Cero de la capital hispalense; la venera que se conserva en la fachada de la casa número dos y un rótulo que la bautiza como centro geográfico de Sevilla”. La explicación la da Joaquín Cortés, jefe del departamento de de la Cartoteca del Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía:
           
“A partir de 1845 el cabildo comenzó renombrar las calles, cuando lo consideraba oportuno, con el nombre de reyes o personajes ilustres. Y es que, hasta entonces, la mayoría de los topónimos de las mismas eran gremiales. De esta manera, era la actividad principal que se desarrollaba en ellas la que determinaba su nombre. La calle Batán, por ejemplo, se habría llamado así por la antigua fábrica de borras La Torrecilla, que se ubicaba en sus inmediaciones y era donde los bataneros solían enfurtir paños. En ese momento también se acordó numerar las calles tomando la Venera -desde 1918 denominada José Gestoso- como punto de partida, hecho que ha elevado a este preciso lugar a la categoría de Kilómetro Cero de la ciudad”.

Pues nada, quedamos enterados.

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