Leo en el diario ABC una noticia que
transcribo textualmente: “El juzgado
contencioso-administrativo número 8 de Madrid ha anulado
el cambio de nombre de la calle de
Madrid ‘Caídos de la División Azul’ en el distrito de Chamartín, al entender que
su modificación por parte del Ayuntamiento de la capital en cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica no
se ajusta a derecho. El fallo, fechado a 6 de abril de 2018, argumenta que “la
División Azul se formó en 1941, dos años después de finalizar la Guerra Civil y que por tanto no entra por tanto en
el periodo de exaltación de la sublevación militar (1936), ni de la guerra
civil, que es al que se refiere la normativa vigente”. Bueno, pues por la misma
razón que expone la titular de ese juzgado, resulta intocable el adefesio de
Cuelgamuros, que se levantó después de la Guerra con mano de obra de
prisioneros, y los rótulos existentes de José
Calvo Sotelo, asesinado en la madrugada del 13 de julio de 1936, es decir,
a pocas fechas del comienzo del golpe de Estado. Ni el adefesio ni el crimen
están incluidos en el periodo concreto que va desde el 17 de julio de 1936 y el
1 de abril de 1939. En efecto, la 250
División de Infantería (la “Blaue
Division”), como bien ha explicado la Alcaldía, “fue un batallón de combate
que puso en órbita Franco con
voluntarios españoles del Ejército y la Falange para luchar contra el comunismo en Rusia. Combatieron durante tres años, desde 1941 hasta 1943. Fue
una unidad militar integrada
en el ejército de Hitler, la forma con la que Franco le
devolvió a Hitler el favor que le había hecho ayudándole a ganar la Guerra
Civil en España con el envío de la Legión
Cóndor. Las conexiones con la Guerra son claras y evidentes”, como lo son,
también, la figura de Calvo Sotelo, de Renovación Española, cuya muerte
desencadenó el golpe de Estado; y el adefesio franquista de Guadarrama, tumba
faraónica del cruel dictador.
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