lunes, 16 de abril de 2018

Coronaciones marianas



Siempre me han chocado las coronaciones marianas. Curiosamente, una de las primeras coronaciones tuvo lugar en Aragón, concretamente la Virgen de Veruela, patrona del Moncayo, el 31 de julio de 1881 (festividad de san Ignacio de Loyola) actuando de celebrante el obispo de Hipsópolis, Jacinto María Cervera Cervera, más tarde obispo de La Laguna y después de Mallorca, y estando presente el entonces obispo de Tarazona, Cosme Marrodán Rubio y el Provincial de la Compañía de Jesús, Román Vigordán. Ocho años después, también un 30 de julio, diez pueblos del somontano del Moncayo hicieron su consagración pública y solemne al Sagrado Corazón en el mismo lugar, el Monasterio de Veruela. Se dio la circunstancia de que la coronación de la Virgen en la capilla conocida como “La Aparecida” se produjo cuatro años más tarde de haberse reinstalado los jesuitas en el monasterio, tras haber abandonado el monasterio en 1835 por la Desamortización. La misión de aquellos jesuitas instalados en la falda del Moncayo  consistía, fundamentalmente, en formar misioneros para enviarlos a Filipinas.  Fue abandonado definitivamente por los jesuitas a principios de los años 60 del siglo XX.  Y a aquella coronación de la Virgen de Veruela acudieron las autoridades de los pueblos aledaños: Vera, Trasmoz, Litago, Lituénigo, Grisel, Borja, Alcalá de Moncayo, Añón, Bulbuente, Ambel y Talamantes. Aquella coronación contó con el beneplácito de León XIII. Todo estaba pensado para que fuese oficiada por el dominico y cardenal arzobispo de Zaragoza Manuel García Gil, pero los planes se trastocaron con su muerte, ocurrida tres meses antes, concretamente el 28 de abril.  Lo que aquí  vengo en señalar viene a cuento con la última coronación canónica celebrada en España, la Virgen de la Soledad. Fue ayer, domingo en la Colegiata de Toro (Zamora). La corona, realizada por Marcos González (de la Joyería Sobrino de Zamora) es un trabajo que ha llevado más de 900 horas. Se trata de una tiara de plata chapada en oro de dos kilos y en la que se encuentran representadas, además de diversas escenas religiosas, alusiones a Toro y su comarca como vides, parras y uvas. De paso, se estrenó el himno “Soledad, Madre de Dios”  compuesto por José Manuel Chillón.

No hay comentarios: