Bueno
es conocer que el óleo “Tabla de la
Virgen de los Ángeles”, atribuido a Enrique
de Estencop, ha sido recuperado después de 64 años. Esa pintura fue
sustraída en 1954, aprovechando la restauración de la iglesia de Santa María en
Bulbuente y sustituida por una mala copia. Bulbuente es un pueblo zaragozano
perteneciente a la Comarca del Campo de Borja bañado por el río Huecha, dentro
de la Diócesis de Tarazona. En el centro de la población se conserva parte de
un castillo (la torre y grandes sillares de origen musulmán del siglo XII).
Sobre el viejo castillo se construyó un palacio de ladrillo en el siglo XVI que
perteneció a los abades de Veruela, donde todavía se conserva una capilla
oratorio. Hay que recordar que en el periodo comprendido entre 1858 y 1955 la
Diócesis de Tarazona (con menos población de toda España aunque una de las más
antiguas) también administraba la Diócesis de Tudela. En la actualidad está
dividida en 5 arciprestazgos. Curiosamente, los tres papas que han existido a
lo largo de la historia tuvieron una extraordinaria relación con esa diócesis.
Me refiero a Benedicto XIII, natural
de Illueca, Calixto III y Alejandro VI, de la casa Borgia. Durante ese largo periodo,
se hicieron muchos expolios y ventas de arte sacro, en muchas ocasiones con el beneplácito
de sucesivos obispos, sobre todo durante la dictadura de Franco, tiempo en el que las sedes episcopales contaron con un
poder casi absoluto dentro de sus respectivas diócesis. Y la Diócesis de
Tarazona no estuvo al margen de esa lamentable situación. En la Diócesis de Tarazona
ejercía de obispo en 1954 Manuel Hurtado García (1947-1966), que
había sucedido a Nicanor Mutiloa Irurita.
Al morir Hurtado el 12 de enero de aquel año, ocupo la Sede Episcopal José Méndez Asensio desde septiembre de
1968. Tres años más tarde pasó a ser arzobispo de Pamplona-Tudela, primero, y
de Granada, después. El pintor Enrique de Estencop, al que se le atribuye el
retablo robado en Bulbuente, fue un pintor de origen flamenco que ya aparece
documentado en Daroca en 1372, cuando contrató unas pinturas murales en el
ábside de la Colegiata de Santa María.
Tras su paso por Valencia, regresó a Zaragoza donde pintó en 1387 un retablo de
Santa Catalina en la iglesia de San Felipe. Y en 1391 contrató
por 130 florines de oro el retablo mayor de la primitiva iglesia de Longares.
La aparición del óleo robado en 1955 en Bulbuente, con un valor estimado en
180.000 euros, se debió a una casualidad, es decir, a una investigación de la Brigada de Patrimonio Histórico cuando
tuvo conocimiento de la solicitud de un particular para su exportación. La
Brigada pidió información al Museo del
Prado. Fue intervenida la obra y su supuesto propietario, cuyo nombre
desconozco, que señaló que la había comprado en 1980 en una sala de subastas de
Barcelona. En la actualidad, el óleo se encuentra depositado en el Museo Diocesano de Zaragoza para su estudio
y hasta que el caso quede aclarado.
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