Dice
el refrán que cree el ladrón que todos son de su condición. En una democracia,
cualquier funcionario público, también los alcaldes, debe justificar cada gasto
oficial que realiza dentro o fuera del país. Esto viene a cuento con el viaje
realizado a Chile por Pedro Santisteve,
el concejal de Urbanismo Pablo Muñoz,
el coordinador de Ebrópolis, Michel
Zarzuela y el asesor Raúl Royo.
El motivo de tales desplazamientos fue una cumbre del Centro Iberoamericano de
Desarrollo Estratégico Urbano. Al Alcalde le acompañaron su mujer y su hija. El
montante de gastos justificados ascendió a 5.944,68 euros. Pero la oposición
municipal, además de la exigencia del desglose de tales gastos, critica
duramente que Santisteve efectuase ese viaje coincidiendo con la gran crecida
del Ebro. Como digo, los gastos de viaje siempre deben ser justificados y el
Alcalde tiene obligación de presentar todas las facturas y gastos producidos.
Pero lo que ya no comprendo es que la oposición le “acuse” de haberse ausentado
mientras el río Ebro aumentaba su caudal a su paso por Zaragoza. ¿Acaso se
había producido una catástrofe? Pedro Santisteve tendrá defectos, como todos
los seres humanos, pero también sería bueno que se resaltasen sus virtudes. Y
que a mí me conste, la ciudad de Zaragoza ha amortizado 80 millones de euros en
un año y ha reducido la deuda con las contratas y los servicios a la
mitad. Al césar lo que es del césar.
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