lunes, 19 de septiembre de 2022

El mechero de don Walter

 


Los domingos por la tarde, las viejas salían al portal para jugar al guiñote, sus maridos acudían al bar para tomar café y  también a jugar al rabino y los niños se ponían en fila en la plaza de la Iglesia para asistir al catecismo de la doctrina cristiana. El pueblo estaba silente y, en un momento dado, de un balcón de la calle Real salía el sonido de un microsurco con el himno “Dios salve a Francisco el Emperador” de Franz Joseph Haydn. En el interior de la casa estaba don Walter sentado en un sillón de orejas con una batuta en la mano al tiempo  que una asistenta octogenaria fregaba los cacharros de la cocina. Aquel himno -según contaba don Walter a las visitas- fue coreado en presencia de Su Majestad el 12 de febrero de 1797, día del cumpleaños del Emperador Francisco José en el Teatro de Viena: “Gott erhalte Franz den Kaiser, unsern guten Kaiser Franz…”. Después, don Walter se echaba una siesta. Cuando se despertaba, se quitaba el batín y se ponía un traje con gola que guardaba en una vitrina muy parecido al que vistió Alfonso XIII, que entre otros títulos poseía los de general del Ejército inglés y coronel honorario del 16º Regimiento de Lanceros de la Reina, del Regimiento de Ulanos sajones de Leipzig Nº 18 y del 5º Regimiento de Artillería de Campaña de Baviera Koning Alfons von Spanien.  En reciprocidad, Alfonso XIII nombró a Francisco José I coronel honorario del Regimiento de Infantería de León Nº 38, y así se hizo constar en un Real Decreto  de 30 de noviembre de 1905. Aquel uniforme  de coronel del regimiento español  llegó al Museo de Infantería, precedente del actual Museo del Ejército, en 1924, desde el Regimiento León Nº 38, al que lo  habían donado los herederos del difunto emperador austríaco. Se trataba del uniforme de gala reglamentario en 1908, que se distinguía por el color blanco del plumero del ros, denominación que recibió esta prenda de cabeza en honor a su creador, el general Ros de Olano. El número del regimiento aparecía en el cuello de la guerrera, y el grado de coronel  se representaba mediante las tres estrellas  en las bocamangas de la guerrera y del abrigo. Las hombreras, conocidas como dragonas, incorporaba el anagrama de Alfonso XIII, que también estaba presente en la gola que lucía en el cuello. Don Walter, con aquel uniforme puesto, se miraba en un espejo colonial, saludaba marcial desde el balcón y volvía a regresar al interior. Se sentaba en su sillón y encendía un “chéster” con un “IMCO", en el que posteriormente se inspiró el "Zippo" americano, de diseño austríaco que utilizaba queroseno, también llamado mechero de martillo, muy usado en España y que hoy es un adminículo de coleccionista. 

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