Fomento, Renfe, Adif, ¿o cuál de los tres?

 

Leo con atención en El Periódico de Aragón un artículo publicado por José Luis Corral, “Renfe, un patrimonio abandonado, una vergüenza”. Corral cuenta que este verano ha estado por lugares abandonados y recorriendo algunas líneas férreas en desuso y ha vuelto a comprobar la increíble dejadez de Renfe. Yo le diría al señor Corral dos cosas: una, si ha recorrido algunas líneas en desuso parece normal que exista cierta desidia en lo que queda en el recuerdo de esas líneas ahora abandonadas; dos, Renfe, que a mí me conste, nada tiene que ver con caminos de hierro o estaciones. En enero de 2005 entró en vigor la Ley del Sector Ferroviario que supuso el desdoblamiento de Renfe en dos sociedades distintas: Renfe Operadora y Adif, para diferenciar la gestión de infraestructuras ferroviarias y el servicio de transporte. Cierto es que el 24 de enero de 1941 fue creada por la Ley de Bases de la Ordenación Ferroviaria, es decir, la Red Nacional de los Ferrocarriles Españoles, que se hizo cargo de las vías de ancho ibérico (1.668 mm) el 1 de febrero de ese año. Aquella decisión del ancho ibérico había sido tomada, tras un informe realizado por varios expertos, en 1844. Se consideró que dada la accidentada orografía española necesitaba de máquinas tractoras más anchas y, así, poder disponer de mayores calderas en las locomotoras de vapor. Pero en España existen otros anchos de vía, como el ancho métrico (1.000 mm) de las líneas de la antigua Feve; el ancho madrileño (1.445 mm) utilizado en las primeras vías del metropolitano; el ancho internacional estándar (1.435 mm)  utilizado por las líneas del AVE, en algunas líneas del Metropolitano de Madrid y en la línea Barcelona-Vallés de los Ferrocarriles de la Generalidad de Cataluña y en el metropolitano de Barcelona (excepto en la línea 1) y, finalmente, el ancho de Sóller  (914 mm) de 27 km de recorrido utilizado en la línea Palma de Mallorca-Sóller. También existe un tranvía. Una curiosidad: en 2009 Europa Press difundía la siguiente noticia que reproducía el Diario de Mallorca: “El tranvía de Sóller sufre un aparatoso accidente con tres heridos leves al chocar dos convoys” (sic). Estoy de acuerdo con Corral cuando señala que “el riquísimo patrimonio ferroviario español sufre un deterioro brutal, pese a que el artículo 149.28 de la Constitución encomienda al Estado la Defensa del Patrimonio cultural, artístico y monumental español contra la exportación y la expoliación”. Viendo el estado de desidia de la preciosa Estación de Canfranc podemos damos cuenta de que todo puede ser manifiestamente empeorable. Amigo Corral, como usted sabe, el plural de convoy (del francés convoi) es convoyes, el de buey, bueyes, el de bocoy, bocoyes y el de rey, reyes. Los sustantivos y adjetivos terminados en –y precedida de vocal forman tradicionalmente su plural con –es, si bien aquellos que se han incorporado al uso más recientemente hacen su plural en –s., verbigracia: guirigay, pl.guirigayes o guirigáis, y noray, pl. norayes o noráis, aunque a mí se me antojen tanto “guirigáis” y “noráis” sendos vulgarismos de baja estofa que han venido para quedarse, como los ineptos responsables de Adif que siempre echan la culpa de las desgracias al maquinista de Renfe. ¿Recuerdan el accidente de Angrois?  Los familiares de las víctimas del Alvia todavía están exigiendo luz y justicia nueve años más tarde. La misma que exige la Unión Europea. De momento “mutis por el foro”, como dicen los castizos madrileños. Aquellos exministros de Fomento, el socialista José Blanco (que solo inició la carrera de Derecho) y la populista Ana Pastor (médico por Salamanca) se fueron de rositas sin dar una explicación sobre la tragedia. Blanco, mintió. Pastor, levitó en su poltrona. ¿Qué otra cosa podían hacer ambos inexpertos en caminos de hierro? Un simple sobrestante les hubiese dado sopas con honda. Los sistemas de seguridad de enclavamiento ASFA de Adif (digo Adif, no Renfe Operadora) que hubiese frenado el convoy antes de tomar la curva a una velocidad excesiva no estaban todavía operativos.