Abandono

 

Leo en El Correo de Zamora una noticia intrascendente pero que para los habitantes de Samir de los Caños (Zamora) constituye casi una tragedia. Se ha quedado tres veces sin el bar en un año y los vecinos, que ya no saben por dónde tirar, se ofrecen a pagar los gastos de reabrirlo a quien decida “correr la aventura” de instalarse en el pueblo de forma permanente y hacerse cargo del negocio. Comprendo que es triste no saber dónde reunirse en los ratos de ocio. Todos coinciden en que la despoblación rural galopante, tiendas y cierre de tabernas será la puntilla para la supervivencia de muchos pueblos y aldeas. El diario hace una relación de aldeas de Aliste que carece de ambos servicios: “Gallegos del Río, Flores, Tolilla, Puercas, Lober, Arcillera, Castro, Brandillanes, Ceadea, Arcillera, Samir, Fradellos, Ufones, Matellanes, Mellanes, Villarino de Manzanas, Figueruela de Abajo, Gallegos del Campo, Moldones, Flechas, Boya, San Pedro de las Herrerías, Cabañas, Campogrande, San Cristóbal, Villarino de Cebal, Vega, Villarino tras la Sierra, San Martín del Pedroso, Latedo, Rivas, San Blas, Cerezal, San Mamed, Vide, Villaflor, Castillo, Carbajosa, Marquiz, Olmillos, San Pedro de las Cuevas, San Martín de Tábara y los tres poblados de Iberdrola en Muelas,
Villalcampo y Castro”. Pero hay más, casi la mitad de los pueblos que constituyen esa comarca limítrofe con Portugal y que limita al norte con la Sierra de la Culebra y al sur con el parque natural de los Arribes del Duero se encuentran en una situación parecida. Samir de los Caños fue uno de los pueblos de la comarca que llegó a contar con más bares y cantinas, hasta cinco, después de la Guerra Civil, donde podían abastecerse de bacalao, aceite, sal, azúcar, escabechados y vino con las cartillas de racionamiento a modo de economato. En la actualidad hay 163 vecinos empadronados que esperan ansiosos a que alguien, de allí o recién llegado, se decida a reabrir el bar para poder reunirse y hacer algo de vida social. En los últimos resultados electorales municipales y autonómicos votaron 113 vecinos, y hubo 59 abstenciones, 10 votos nulos y 3 votos en blanco. Todos los votos fueron para los candidatos del Partido Popular, al igual que sucediera en 2019. Pero no pasa nada. Siempre podrán acudir los samireños a contarles sus pesares a Alfonso Fernández Mañueco y enjuagarse las lágrimas con el orario de un tal Juan García-Gallardo, que llevó el pulso por la tuberculosis bovina a Bruselas con paso firme y marcial después de haber pedido que se relajasen todos los controles sanitarios.