viernes, 9 de junio de 2023

El ruejo de Daroca

 

Cada año por estas fechas (conocido que el Corpus Christi es variable por celebrarse 60 días después de la Resurrección), la ciudad de Daroca celebra una procesión solemne en honor de los Sagrados Corporales, donde se recuerda un milagro acaecido en 1238, en plena Reconquista. Una vieja tradición señala que el milagro tuvo lugar en Pueyo de Chiva   donde Berenguer de Entença hacía frente a los musulmanes dos años después de que Jaime I conquistase Valencia. La fiesta fue declarada de Interés Turístico por el Gobierno de Aragón en 2006. El día del Corpus, que ahora se ha trasladado en casi toda España al domingo siguiente por recomendación de la Conferencia Episcopal, sirvió para acallar a aquellos que ponían en duda la transustanciación. En los primeros tiempos se sacaba a la calle la hostia consagrada en un copón y, con posterioridad, los vecinos comenzaron a engalanar las calles del recorrido de una custodia en carroza con pétalos de flores. Fue una fiesta instaurada por el papa  Urbano IV tras escribir la bula “Transitorus de hoc mundo”. En el momento actual existe una fiesta religiosa y otra fiesta profana. Desde hace poco se ha impuesto la llamada “carrera de ruejos”, donde una rueda de tractor marcha calle abajo empujada por los mozos. Un ruejo, el día de san Buenaventura de 1575, consiguió astillar una puerta (la llamada Puerta Baja) de la ciudad que estaba represando el agua de un barranco tras unas inundaciones. El ruejo que astilló la puerta tiene un monumento en la ciudad. En “La Comarca de Calatayud” pude leer (no recuerdo ahora la fecha) un artículo titulado “El ruejo de Daroca”, escrito por Francisco Tobajas Gallego. Ya al final de su interesante trabajo puso lo siguiente: “Este monumento al Ruejo se encuentra frente a la iglesia de la Trinidad, que ocupa el antiguo Hospital de San Marcos, donde la mula que portaba los Sagrados Corporales cayó muerta el 7 de marzo de 1239. Madoz en su célebre Diccionario dice que en el pórtico exterior de la iglesia se conservaba una pequeña mula de mármol, toscamente ejecutada, debajo de la cual se decía que fue enterrada la que condujo hasta Daroca los Corporales”. En efecto, he podido comprobar lo que contaba Pascual Madoz en su “Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar”. (Tomo VII. Madrid. 1845-1850).

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