lunes, 12 de junio de 2023

La cuenta de la vieja

 


Cuenta hoy en El Correo de Andalucía Manuel Bohórquez que “la extrema izquierda de hoy está llena de señoritos y señoritas que sólo vinieron a forrarse y que ahora se van a matar entre ellos para defender sus viviendas de lujo, la ropa cara y el todoterreno. No hay que echarlos, se apartan ellos solos. Ojalá se lleven su odio y su mierda y no vuelvan nunca, porque ya estamos viendo en qué ha quedado Unidas Podemos, aquel movimiento de izquierdas que ilusionó a muchos jóvenes españoles cansados del bipartidismo y los privilegios de los gobernantes. Todo ha sido una gran estafa en la izquierda española, la de Pablo Iglesias, Irene Montero, Echenique, Monedero e Ione Belarra. Queda Yolanda Díaz, que es quizá el último clavo al que agarrarse. Que Dios nos ampare”. Respeto lo que Bohórquez cuenta. Uno puede expresar lo que le venga en gana. Pero la plataforma que lidera Yolanda Díaz podría acaparar muchos votos que antes iban directamente a Podemos y “dar una inyección de penicilina” a Pedro Sánchez, líder del partido socialista, que salió malparado en el embroque de las urnas el pasado 28 de mayo. Su plataforma Sumar (IU, Más País, Compromís, PCE, Chunta Aragonesista y Proyecto Drago) puede hacer de bastón de apoyo a ese partido político mutilado que está comprobando trufado de metralla cómo Núñez Feijóo ya se ve, sin necesidad de tener que mirar sondeos de opinión, como el dueño de la cuerda de trenzado. No cabe duda de que su triunfo, de lograrse el próximo 23 de julio, no será por sus capacidades fuera de Galicia ni por su programa de gobierno, que desconozco, sino por la incapacidad de su adversario desde el día en que se echó en manos de Podemos para poder alimentar su ego. No sé si el ciudadano es sabio a la hora de emitir su voto, pero si sé que prueba de todo un poco, como si estuviese frente a una barra de bar donostiarra repleta de apetecibles pinchos. Yolanda Díaz es lista, muy lista, y sabe que Echenique y Montero restan más que suman en esa apuesta. Y, en consecuencia, ha decidido prescindir de ellos. Tras el veto a Montero, Iglesias ha dicho en Canal Red: “Me voy a callar para no llorar, eso sí, de orgullo” y ha comenzado a recitar unos versos de “Guerra fría” de  Los Chikos del Maíz. La todavía ministra de Igualdad y la “Ley de solo sí es sí” ha tenido unas consecuencias desastrosas: más de 1.000 reducciones de condenas avadas por el Tribunal Supremo. Como dicen los sevillanos: tela. Los juguetes de hojalata de mi infancia con rotura de la cuerda siempre terminaban en el desván. Nadie se volvía a acordar de ellos. La “cuenta de la vieja” es tan escueta como certera. La aplicaba María Josefa de Borbón, hija de Carlos III y hermana mayor de Carlos IV en contra de los esforzados y peregrinos cálculos de su cuñada, María Luisa de Parma, a base de sencillas sumas y restas. Siempre acertaba.


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