Cuenta hoy en El
Correo de AndalucíaManuel Bohórquez
que “la extrema izquierda de hoy
está llena de señoritos y señoritas que sólo vinieron a forrarse y que ahora se
van a matar entre ellos para defender sus viviendas de lujo, la ropa cara y el
todoterreno. No hay que echarlos, se apartan ellos solos. Ojalá se lleven su
odio y su mierda y no vuelvan nunca, porque ya estamos viendo en qué ha quedado
Unidas Podemos, aquel movimiento de izquierdas que ilusionó a muchos jóvenes
españoles cansados del bipartidismo y los privilegios de los gobernantes. Todo
ha sido una gran estafa en la izquierda española, la de Pablo Iglesias, Irene
Montero, Echenique, Monedero e Ione Belarra. Queda YolandaDíaz, que es quizá el último clavo
al que agarrarse. Que Dios nos ampare”. Respeto lo que Bohórquez cuenta. Uno
puede expresar lo que le venga en gana. Pero la plataforma que lidera Yolanda
Díaz podría acaparar muchos votos que antes iban directamente a Podemos y “dar
una inyección de penicilina” a Pedro
Sánchez, líder del partido socialista, que salió malparado en el embroque
de las urnas el pasado 28 de mayo. Su plataforma Sumar (IU, Más País,
Compromís, PCE, Chunta Aragonesista y Proyecto Drago) puede hacer de bastón de apoyo a ese partido político
mutilado que está comprobando trufado de metralla cómo Núñez Feijóo ya se ve, sin necesidad de tener que mirar sondeos de
opinión, como el dueño de la cuerda de trenzado. No cabe duda de que su
triunfo, de lograrse el próximo 23 de julio, no será por sus capacidades fuera
de Galicia ni por su programa de gobierno, que desconozco, sino por la
incapacidad de su adversario desde el día en que se echó en manos de Podemos
para poder alimentar su ego. No sé si el ciudadano es sabio a la hora de emitir
su voto, pero si sé que prueba de todo un poco, como si estuviese frente a una
barra de bar donostiarra repleta de apetecibles pinchos. Yolanda Díaz es lista,
muy lista, y sabe que Echenique y Montero
restan más que suman en esa apuesta. Y, en consecuencia, ha decidido prescindir
de ellos. Tras el veto a Montero, Iglesias ha dicho en Canal Red: “Me voy a callar para no llorar, eso sí, de orgullo” y
ha comenzado a recitar unos versos de “Guerra
fría” de Los Chikos del Maíz. La todavía ministra
de Igualdad y la “Ley de solo sí es sí”
ha tenido unas consecuencias desastrosas: más de 1.000 reducciones de condenas
avadas por el Tribunal Supremo. Como dicen los sevillanos: tela. Los juguetes
de hojalata de mi infancia con rotura de la cuerda siempre terminaban en el
desván. Nadie se volvía a acordar de ellos. La “cuenta de la vieja” es tan escueta como certera. La aplicaba María Josefa de Borbón, hija de Carlos III y hermana mayor de Carlos IV en contra de los esforzados y
peregrinos cálculos de su cuñada, María
Luisa de Parma, a base de sencillas sumas y restas. Siempre acertaba.
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