jueves, 15 de junio de 2023

La España acomplejada

 

Me produce estupor que un torero, Vicente Barrera, haya sido propuesto como vicepresidente de la Generalidad Valenciana y consejero de Cultura por Vox en esa pedrea de los despropósitos. Eso solo podría concebirse en una película de Berlanga o en una ocurrencia bufa de “El bombero torero”. Hay antecedentes con el torero Luis Mazzantini, que cambió la espada por el bastón de mando. Hijo de un ingeniero italiano y de vasca, pasó su juventud en Italia antes de volver a España en el séquito de Amadeo de Saboya. Un séquito que regresó con un delegado menos, Pascual Madoz, al que le sorprendió la muerte en Génova el 11 de diciembre de 1870 a las tres de la tarde. Mazzantini fue un torero tardío contemporáneo de Guerrita, al que acabó imponiendo el sorteo de las reses, que fue concejal en Madrid, diputado provincial y llegó gobernador civil de Guadalajara y Ávila. Pero hubo, también, un banderillero de Belmonte, Joaquín Miranda, (que también lo había sido de Maera, El Algabeño y Marcial) miembro fundador de Falange Española en Sevilla  que llegó a ser gobernador civil de Huelva. Se cuenta que  Belmonte acudió  en 1938 con un amigo a un festival benéfico que presidía su antiguo banderillero que para entonces se dedicaba a los negocios de construcción de su suegra además de su cargo político. Su acompañante, extrañado ante el  rapidísimo ascenso  le preguntó: “Don Juan, ¿es verdad que este señor gobernador ha sido banderillero suyo?”. Belmonte, con su habitual parquedad conceptual, le contestó con un lacónico “sí”, a lo que su interlocutor insistió: “Don Juan, ¿y cómo se puede llegar de banderillero a gobernador tan rápido?”. Y Belmonte, con su conocido tartamudeo, respondió: “¿Po…po…po cómo va a ser? De…de…degenerando”. Queda claro que no solo ha degenerado la clase política, sino toda la sociedad española. Lo que está aconteciendo es el fruto de una España inculta, acomplejada y sin un horizonte claro. Y eso lo aprovechan en su beneficio los modernos olócratas, que tienden a gobernar mediante decretos porque no creen pertinente acudir al parlamento y debatir con las minorías, cuyos derechos desprecian. Por si ello fuese poco, tratan de tomar el control de los Tribunales Constitucionales para no verse limitados por las garantías constitucionales, vulnerando la separación de poderes. ¿Cómo se llega a esa situación? Degenerando.

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