sábado, 24 de junio de 2023

Fernández, punto y coma

 


Aragón se despierta con nueva presidenta de las Cortes, Marta Fernández,  punto y coma, de Vox. Y lo primero que se le ha ocurrido decir a esa insensata es que “la violencia de género no existe”, y se pregunta: “¿Qué es el género?”,  lo que equivale a señalar que las 18 mujeres asesinadas en España durante lo que va de año y las 1.292 mujeres difuntas contabilizadas desde 2003 es mentira. O sea, una farsa estadística que se ha inventado la izquierda para que cunda el pánico. Javier Lambán, que ha calificado el acto de toma de posesión de “grotesco”, “chusco”, “indignante” y “estrafalario”, ha hecho responsable a Jorge Azcón, nuevo presidente in péctore, de “falto de respeto y desprecio a la Institución y por tanto a la autonomía y al autogobierno de Aragón, que hace presagiar lo peor para los próximos años". Marta Fernández, punto y coma, por si fuese poco, arremete contra el feminismo, el colectivo LGTB y niega el cambio climático. Vamos, una joya. Dos partidos, PAR y Teruel existe, desean engancharse a ese carro de los despropósitos y ser aliados de Azcón cueste lo que cueste. Ambos no son partidos bisagra sino corifeos grotescos que, bajo la máscara de demócratas, aparecen en un proscenio donde danzan y cantan hacia el templo de Dionisios en espera de poder recoger algunas migajas de un banquete con setas envenenadas. Yo soy de los que entienden que lo grotesco se expresa más en tiempos de cambio y sirve para acentuar lo que hay de absurdo, dejando al descubierto las trampas de la razón. Pero lo peor de todo es que detrás de esa pantomima aragonesa está el Deux Ex Machina, técnica que popularizó Eurípides para resolver situaciones,  que no es otro que Núñez Feijóo, ese dios del Olimpo que quiere darle la vuelta a la tortilla sin antes haber roto los huevos. Sabe que sale reforzado a tenor de los resultados del 28 de mayo, donde ha ganado al PSOE en 31 provincias. Núñez Feijóo ha cruzado el río Rubicón con sus legiones. Como exclamó  Menandro (según refiere Plutarco en “Vidas paralelas”): “alea iacta est”. Que Dios nos coja confesados cuando comprobemos que las saetas del reloj giran al revés, de regreso hacia la España en blanco y negro.

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