sábado, 20 de abril de 2024

Como guste el señor marqués

 


En el número 9 de la sevillana calle Recaredo (entre la Puerta de Carmona y la Puerta Osario) se encuentra el Restaurante Becerrita, que elabora un plato que se hizo famoso en la década de los 70 en el Restaurante Becerra. Se trata del “solomillo al Señor Marqués”, en honor de un marqués que no tenía título nobiliario alguno, sino que se trataba de un zaragozano venido a menos que marchó a Andalucía con el deseo de emprender negocios e intentar poder salir de la mala situación en la que se encontraba en aquellos momentos. Aquel restaurante, que desde 1988  regenta Jesús Becerra Gómez, hijo de Enrique Becerra Reyes, se ha convertido en un clásico del tapeo. Al actual restaurante es la continuación de otro situado muy cerca del actual, entonces conocido como Restaurante Becerra. Es famoso por sus croquetas de rabo de toro y sus ensaladillas de gambas. Aquel zaragozano se hospedaba por los años 70, como decía, a su llegada a Sevilla en el Hotel Fleming (hoy Hotel Giralda) y comía siempre en el restaurante Becerra. Jesús Becerra  cuenta que “este señor, de una elegancia y unas formas insuperables, entablaba conversación a diario con mi padre, siempre respetando las distancias. Solo consumía dos cervezas y dos tapas. Nada más. Hasta que llegó el día en que tuvo que agasajar y vender su idea a unos inversores, guardar las apariencias y transmitir la sensación de seguridad, profesionalidad y dominio del terreno. Por supuesto, los invitados no podían pagar. Él llegó un rato antes y le comentó a Enrique, su padre, que le reservara la mesa y que no le parecía elegante pagar delante de ellos, que le dejara la cuenta y al día siguiente se la abonaría. Mi padre sabía de sobra que no sería así, pero tenía la certeza que esta persona era todo un caballero y no le fallaría. Sin contarle detalles entendió la situación perfectamente, y empezó el almuerzo. Mi padre le atendió personalmente y le ofreció las mejores viandas. Cuando iba a pedir el segundo plato, a la pregunta de «Y usted, don Francisco, ¿que elegirá de plato principal?», él le contestó: «Enrique, quiero un solomillo de la mejor ternera, en medallones no muy gruesos, fritos en aceite de oliva virgen, patatitas fritas y perejil, como sabes que me lo hace la cocinera en casa». Sus invitados ignoraban que vivía solo en una habitación de hotelucho barato. Enrique, con su rapidez de respuesta y para ayudarlo a fortalecer su liderazgo, le respondió: «Por supuesto que sí, señor Marqués». Aquel zaragozano siguió acudiendo a diario a consumir las dos cervezas y las dos tapas durante unos diez días, y al que hacía once le abonó la factura íntegramente sin entrar en ningún tipo de detalle y con un abrazo de agradecimiento. Continuó de cliente mientras vivió en Sevilla, a partir de ese momento comiendo a capricho tanto él como sus acompañantes. Consiguió montar una gran compañía en Sevilla que después vendió, y en los años 80 se trasladó a Marbella donde también demostró ser un empresario de éxito”. Nunca conseguí saber su nombre completo. Solo el de pila: don Francisco. Fin del cuento. Los ingredientes para confeccionar el “solomillo al Señor Marqués” son los siguientes para una ración: 200 gr. de solomillo de ternera; 2 dientes de ajo; zumo de medio limón; 2 cucharadas de jugo de carne; sal; 4 cucharadas de aceite de oliva; y perejil. Se coloca la sartén al fuego con el aceite de oliva a fuego fuerte. Se añade la carne hasta que se dore, con el ajo bien picado,  sal y pimienta. Una vez apartada la sartén del fuego se le añade el zumo de medio limón, el perejil y las dos cucharadas de jugo de carne. Queda bien si se acompaña con patatas fritas.  

 

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