La noticia del día es que la Familia Real ha protagonizado el
tradicional posado veraniego en Marivent. Y Felipe VI ha dicho su frase lapidaria: “Qué día de calor, eh”, al
dirigirse a los reporteros, con la llaneza de ese vecino del quinto cuando él y
yo coincidimos en el ascensor. Sólo le ha faltado decir: “Hay que ver cómo se
ha puesto de cara la merluza de pincho”. Imagínense ustedes que hubiese dicho a
los reporteros: “da sensación de que hay demasiado dinero en la renta
variable ante la baja valoración de la renta fija y a la retirada de bonos del
mercado por parte de los bancos centrales” (frase que tomo de Primo González). Los reporteros se
hubiesen quedado ojipláticos. Pero señalar que hace calor a finales de julio,
es una figura retórica relacionada con la tautología, que no es cosa distinta a
una afirmación obvia, vacía, redundante, inútil y viciosa, o sea, una
perogrullada. Sostiene Jaime
Peñafiel que “para la consorte, Marivent y Mallorca, le resulta una
pesadilla. Nunca le ha gustado la capital balear para las vacaciones. Lo justo
para cumplir con el gobierno balear, con la familia, con los mallorquines y con
la prensa. Algo así como diciendo: hemos venido, nos hemos exhibido, hemos
posado, hemos recibido a la sociedad de la isla y les hemos
obsequiado, ¿qué más quieren? Después de estas mini vacaciones, dejadme en
paz…”. Sostiene Peñafiel que “sucedió en 2015, el día de la entrega de los
trofeos de la Copa
del Rey. Mientras Felipe cumplía con su obligación de presidir la
ceremonia, Letizia recogía a sus
hijas y, en el mayor de los secretos, abandonaba Palma en dirección a Madrid
donde embarcaría en el vuelo TK- l860 de la compañía Turkish Airlines con dirección a… Estambul”. Y sigue sosteniendo
Peñafiel: “Y pensar que durante toda su vida, esta chica donde
disfrutaba de los veraneos era en Benidorm con su abuelo el taxista…”.
lunes, 31 de julio de 2017
domingo, 30 de julio de 2017
Anduvo jodido, pero "andó"
Yo sigo poniendo la tilde al adverbio “sólo” y a los
pronombres demostrativos. Parece raro el hecho de que se diga que “la
democracia se defiende desde la
Cultura” cuando el ciudadano ha de satisfacer un 21 % de
impuestos al Estado por asistir a una sala de cine o al patio de butacas de un
teatro. Y parece raro, de la misma manera,
que exista una cartera ministerial de Cultura en un país en el que al
Gobierno le interesa una ciudadanía adocenada, silente y plebeya. Si a la
RAE le interesa pulir la lengua (como ha sucedido con el
imperativo “idos”, considerado ahora como una forma artificial y poco natural)
que cambien también “anduviera o anduviese” por “andase” para corregir curvas
en la carretera del idioma, cerrando los ojos académicos que “limpian, fijan y
dan esplendor” a la circunstancia de que el verbo “andar” es irregular en las
formas del subjuntivo y forma los tiempos del pretérito perfecto con una raíz
latina irregular (“anduve”, “anduviste”). La RAE acaba de hacer bueno el principio de una
frase de Extremoduro, el grupo español de rock fundado por Roberto Iniesta en Plasencia en 1987. Ese grupo musical, en 1997,
tituló un álbum: “Iros a tomar por culo”.
Pues miren, lo que entonces incluía un error gramatical hoy resulta que es
correcto. Decía César Antonio Molina
(que fue, además de ministro de Cultura, director del Instituto Cervantes) que “la Academia debería también combatir esta ola
de populismo en todos los campos que nos invaden y ser más firme en sus
principios. La toma del poder por parte de algunos se hace basándose en la
demagogia que crean las mentiras a través de las palabras. La Academia nunca debería
bajar la guardia y entregarse a la confusión y a los guiños de quienes jamás la
respetarían”. Crear mentiras a través de la palabra conduce a otra vía muerta:
la “posverdad”, neologismo que va a ser aceptado por la RAE, donde las mentiras suelen
sobrevivir cuando se repiten hasta la saciedad. Verbigracia: Mariano Rajoy explicando el pasado
viernes la caída del paro según los datos de la Encuesta de Población Activa, ese organismo que
tanto denostaba cuando los vientos no le eran favorables. No cabe duda de que
tienden a disiparse los malos datos de desempleo cuando el poco trabajo existente
se trocea como los quesitos de "La
vache qui rit". Es decir, cuando un camarero se
convierte en tres camareros, como en el milagro de la multiplicación de los
“panes y los peces”. Claro, hay una diferencia: en Betsaida todos pudieron
comer. Aquí, con la política del troceo de trabajo precario aumenta el número
de trabajadores pobres. Hoy rotulo mi trabajo con el final de un viejo chiste,
el de “Lázaro, levántate y anda...”. Feliz domingo.
sábado, 29 de julio de 2017
De plata y catafalco
Leyendo hoy un espléndido suelto en El País de Ana Alfageme,
“La casa desconocida de Federica Montseny
y Manuel Azaña”, caigo en la cuenta de que hace ahora 90 años de la primera
impresión de “El jardín de los frailes”
compuesta por “catorce ejemplares en
papel registro, numerados de 1 a
14. No se ha puesto a la venta”. “El jardín de los frailes” no sé cuántas
veces lo habré leído. Tengo una edición en rústica de Alianza Editorial (2º edición, 1982) que consta de un prólogo de
dos páginas, en total: 174 páginas. En su interior conservo recortado un
artículo de Federico Jiménez Losantos
publicado en ABC el martes, 4 de mayo
de 1993 y titulado “Doña Lola”, donde
su autor hace un elogio funeral de Dolores
Rivas con motivo del fallecimiento de la que un día fuese “primera dama” de
España, antes de que la sustituyese otra mujer, Carmen Polo, por la fuerza de la sinrazón. “Doña Lola -cuenta Jiménez Losantos- se impuso como primera obligación moral cuando dejó en la tumba
francesa a su marido y marchó a México, publicar sus Obras Completas, y ahí
están, en la editorial Oasis, con esos tonos de plata y catafalco que las hacen
resaltar en cualquier biblioteca”. Aquí, el de Orihuela del Tremedal hace
uso del argot taurino, siempre tan carpetovetónico. Azabache o catafalco es el
color de un traje de luces tremendamente elegante, pero que algunos toreros
evitan por considerarlo demasiado serio. Catafalco, como todo el mundo conoce,
es ese túmulo suntuoso que se pone en los templos para las exequias fúnebres.
También, a veces, sobre el catafalco se sitúa el ataúd rodeado de blandones,
esos enormes candelabros que soportan cirios de cera muy gruesos. El libro
de Manuel
Azaña está dedicado a su cuñado además de amigo, Cipriano Rivas Cherif. Dice Azaña en su prólogo: “Quisiera tan sólo declarar a los amigos
inclinados a otorgarme la merced de leerlas, el enigma de unas confesiones sin
sujeto. Se exige demasiado a la amistad: incluso que lea los libros y no los
desacredite”. No sé por qué razón, he aprovechado la lectura de Ana
Alfageme para recordar a un escritor metido a político cuando ya rondaba los 50
años. Ganó el Premio Nacional de
Narrativa en 1926 con su obra “Vida
de don Juan Valera”. “El jardín de los frailes” se editó primero por
entregas, entre septiembre de 1921 y junio de 1922, en las páginas de La Pluma. Cinco
años más tarde, en 1927, se publicó en formato de libro.
miércoles, 26 de julio de 2017
Los tres pies del gato
En este país todo cristo se siente discriminado: Cataluña por Madrid y Batea por Barcelona. Ahora resulta que el alcalde de Batea, pueblo tarraconense situado en la Franja de Poniente, desea que ese municipio se segregue de Cataluña y pase a formar parte de Aragón. Ya anda explorando su alcalde, Joaquim Paladella, todas las formas posibles. Para mí que saldría perdiendo en el cambio. Joaquim Paladella desea que se amplíen las plazas en una residencia de ancianos, la delimitación de su término municipal y un plan para la tramitación de un parque eólico sobre el que sospecha (cuando todavía no está en embrión) que no revertirán los beneficios en el pueblo que él gobierna. Decía que Batea saldría perdiendo en el cambio de Comunidad por una simple razón: Aragón, junto a Extremadura, Andalucía y Asturias, es una de las Comunidades que más pagan en el Impuesto de Sucesiones y en incremento comunitario sobre el IRPF. Pongo un ejemplo: una herencia de 800.000 euros debe tributar unos 165.000 euros en Andalucía y algo menos en Aragón, mientras que las bonificaciones de Madrid lo reducen a 1.500 euros y a Canarias a casi nada. Por todos es sabido que Cataluña se queja recurrentemente de lo que denomina dumping fiscal de Madrid en lo que respecta a esos dos impuestos. Por tanto, siguiendo los deseos de Joaquim Paladella para Batea, se debería establecer que Carles Puigdemont intentase por todos los medios que Cataluña se integrase de pleno derecho en la Comunidad de Madrid. Más vale unir que separar, aunque tales uniones sean interesadas. Ya saben el dicho: “Por el interés te quiero, Andrés”. Batea ha perdido desde 1900 la mitad de su población, ese pueblo se transformó en un enorme hospital de campaña durante la Batalla del Ebro y la maniobra política de ahora promovida por su alcalde es una forma de que el Govern le preste más atención a ese decadente municipio. Existen precedentes a la inversa. Fue en 1996 cuando ocho municipios oscenses, disconformes con el plan de comarcalización promovido por la Diputación General de Aragón, pretendieron incorporarse a Cataluña. Se trataba de los municipios de Benabarre, Tolva, Viacamp y Litera, Puente de Montañana, Arén, Sopeira, Bonansa y Montanuy, todos ellos catalanohablantes, que mostraron su disconformidad con un plan de comarcalización de la Diputación General de Aragón que aglutinaba en una misma comarca, la de La Ribagorza, tanto a los municipios catalanohablantes como los que no lo eran, fijando la capitalidad de comarca en Graus, donde no se habla el catalán. Recordemos que Marcelino Iglesias, natural de Bonansa, estuvo muy interesado en que se tramitase la Ley de Lenguas en Aragón amparándose en el Título Preliminar de la Constitución de 1978, donde se dispone en el apartado 2º del artículo 3 que “las demás lenguas españolas [además del español, lengua oficial del Estado] serán también oficiales en las respectivas Comunidades Autónomas de acuerdo con sus Estatutos”. Finalmente, la Ley 3/2013 de uso, protección y promoción de las lenguas y modalidades lingüísticas de Aragón fue aprobada por el Parlamento autonómico el 9 de mayo de 2013, derogando la Ley 10/2009 de uso protección y promoción de las lenguas propias de Aragón. Pero para terminar de marear a la perdiz, en septiembre de 2015 el Gobierno de Aragón anunció su intención de derogar la ley de 2013 y restablecer la de 2009. La nueva ley del periodo Lambán suprimió el Consejo Superior de Lenguas de Aragón, la Academia Aragonesa de la Lengua Catalana y la Academia de la Lengua Aragonesa, siendo sustituidos por una única Academia Aragonesa de la Lengua, que había sido descartada anteriormente por Luisa Fernanda Rudi. En esa Academia están comprendidos el Instituto de l’aragonés y el Institut del catalá d'Aragó, que es una manera, a mi entender, de dar carta de naturaleza al chapurreau (más estadillano que catalán) y que es lo que en realidad se habla en la Franja. Señala la composición de la Academia: “15 miembros, elegidos a partes iguales por el Gobierno de Aragón, las Cortes regionales y la Universidad de Zaragoza. Los referidos institutos contarán con un mínimo de siete miembros surgidos de la propia Academia. Todos los miembros serán vitalicios, ninguno tendrá sueldo aunque si percibirán dietas de desplazamiento y se reunirán, al menos, dos veces al año. La Academia tendrá su sede en Zaragoza”. La cuestión es crear mamandurrias, como siempre. Si son vitalicias, miel sobre hojuelas. Es lo que los políticos denominan como “la bondad de la democracia”, o “la bondat de la democràcia”, como ustedes prefieran. Anda, que no fardará eso de escribir un artículo en el Heraldo y firmarlo como “Fulano de Tal, de la Academia Aragonesa de la Lengua”. ¿Verdad, Fatás?
martes, 25 de julio de 2017
A propósito de Santiago

Como decíamos ayer...
En mi trabajo de ayer, hacía referencia al vapor Uruguay, fondeado en Barcelona y que
sirvió barco-prisión a los miembros del Gobierno catalán y otros altos cargos
del Ayuntamiento de Barcelona. Pues bien, la historia del vapor Uruguay fue la siguiente: fue construido
por William Denny Bros. Tenía 10.348
TRB con 145 metros
de eslora, 18,4 de manga y 10,8 de puntal y capacidad para 250 pasajeros en
primera, 100 en segunda y 75 en tercera. Bautizado inicialmente como Infanta
Isabel de Borbón, cambió de nombre con la llegada de la República. Estaba
provisto de tres hélices movidas por dos máquinas de vapor de triple expansión,
que le dieron 18,64 nudos en pruebas. En 1934, fue apartado de su destino en
las líneas de América, requisado por el gobierno republicano. En 1939 resultó
hundido por un bombardeo. Fue reflotado en 1942 y posteriormente desguazado en
Valencia. Javier Cercas, en su
novela Soldados de Salamina, hace
referencia de la conducción a ese barco de Sánchez
Mazas, en 1937 tras su detención. Escribe Cercas a propósito del barco:
“Las condiciones de vida no son buenas: la comida es escasa; el trato, brutal.
También son escasas las noticias que llegan sobre el curso de la guerra, pero
conforme ésta avanza incluso los cautivos del Uruguay comprenden que la
victoria de Franco está cerca”.
También hace referencia un tal Monroy,
que había gobernado el barco con mano de hierro y que más tarde sería
responsable de la prisión instalada en el santuario de Santa María de Collel,
cerca de Bañolas. Lo cierto es que durante la Guerra Civil el santuario
sufrió la destrucción revolucionaria de los primeros meses de la guerra. Las
instalaciones dejaron su función escolar y eclesiástica y se estableció una
prisión, dirigida por Anastasio Sánchez
Monroy, que en enero de 1939 se llenó de gente vinculada a la Falange Española.
Unos 50 fueron fusilados en el exterior del recinto el 30 de enero de 1939,
entre ellos Robert Bassas Higo y Joaquim Guiu Bonastre. Dos pudieron
escapar del asesinato masivo huyendo en medio del bosque: Jesús Pascual Aguilar y Rafael
Sánchez Mazas. Cuando el 8 de febrero de 1939 las tropas franquistas
llegaron al santuario había encerrados más de 200 mujeres y 148 hombres,
custodiados por 18 soldados republicanos, que fueron abatidos a tiros y
enterrados en lápidas sin identificar. Cercas, por su parte, presenta a un Sánchez Mazas huyendo de
las balas durante el fusilamiento masivo de falangistas y presos rebeldes ese
30 de enero de 1939, sólo cuatro días antes de la toma de Barcelona. “Tras su
detención en Cataluña -cuenta Cercas- el escritor ha pasado un año recluido a
bordo del barco prisión Uruguay. La víspera de esa madrugada de enero la
ha vivido esperando su ejecución junto con unos 50 presos, falangistas,
banqueros, abogados e intelectuales, en el santuario del Collell, llevados allí
por las tropas republicanas en su huida hacia la frontera”. En efecto, Sánchez
Mazas había sido detenido en Madrid, llevado a la cárcel Modelo y más tarde
indultado. Siguiendo los consejos de Indalecio
Prieto se refugió en la embajada chilena y allí permanece un año. En un
intento de huir a Francia, se escondió en un
camión de hortalizas y terminó en Barcelona. Allí es cuando llegó su
arresto y su envío al vapor Uruguay.
Posteriormente sería enviado al santuario, donde consiguió escapar. Acabada la
guerra, Sánchez Mazas convertido en héroe recibió homenajes, como el del 9 de
abril de 1939 en Zaragoza presidido por Serrano
Suñer. Tenía entonces cuarenta años. Juró en el Monasterio de las Huelgas
su cargo como ministro sin cartera durante el primer Gobierno de la Dictadura, y poco
después fue nombrado consejero nacional de FET y de las JONS. En 1940 consiguió
ser miembro de la RAE,
y diez años después presidió el Patronato del Museo del Prado. Murió en Madrid
en 1966.
lunes, 24 de julio de 2017
Consumatum est
Ramón Pérez-Maura,
en ABC, bajo el epígrafe “Guarden el 155 para mejor ocasión”
hacía referencia ayer domingo al asunto catalán. Pérez-Maura comienza su
artículo con un texto entrecomillado de un extracto correspondiente a la página
6 de La Vanguardia de fecha 9 de octubre de 1934
describiendo la situación tras la proclamación del Estado Catalán dentro de la República Federal
Española por Lluis Companys: “Repetidas veces lo dijimos y
anunciamos: esto acabará mal. Consumatum
est!...”. Los hechos de aquel 6 de octubre sucedían a los del día 4, fecha
en la que Alejandro Lerroux formaba
nuevo gobierno donde entraban por primera vez ministros de la CEDA, y a los del día 5,
fecha en la que la Alianza Obrera
de Cataluña declaraba la huelga general para toda España pero sin el apoyo de la CNT catalana. Aquel mismo día,
Companys trató de hablar telefónicamente con Niceto Alcalá Zamora sin conseguirlo. Lerroux decretaba el estado
de guerra en podo el país. A las ocho y diez minutos de la tarde, Companys
desde el balcón de la
Generalidad proclamaba la República. Pocas
horas más tarde, Francesc Macià proclamaba la República Catalana,
“que hallará en nuestro pueblo catalán el más generoso impulso de
fraternidad en el común anhelo de edificar una República Federal libre y
magnífica”.El director de La Vanguardia, Agustí Calvet, se mostraba muy crítico
con Companys, como se mostró muy crítico en los días siguientes, también el día
9, como recuerda hoy Pérez-Maura. El general Domingo Batet, jefe de la división orgánica, proclamó el estado de
guerra y aplicó la Ley de Orden Público de
1933. Bombardeó el palacio de la
Generalidad obedeciendo órdenes de Madrid. Pero existió una
paradoja: premiado con la Laureada de San Fernando por sofocar la rebelión
de la Generalidad,
moriría fusilado en Burgos en 1937 por el “delito de adhesión a la rebelión
militar” y por la falsa acusación de pertenecer a la masonería. Pues bien a las
seis de la mañana del día 7, Companys se rendía a Batet. Una compañía de
fusileros entraba en la
Generalidad y detenían Companys, a su gobierno y a los
diputados Josep Tarradellas, Antoni Xirau, Joan Casanellas, Estanislau
Ruiz, y al presidente del parlamento Joan
Casanovas. Acto seguido detuvieron también en el Ayuntamiento al alcalde Carles Pi i Sunyer y a los concejales
de ERC que le seguían. Los apresados fueron trasladados al buque Uruguay
anclado en el puerto de Barcelona y reconvertido en prisión. También fue
detenido Manuel Azaña, que se
encontraba casualmente en Barcelona para asistir a los funerales del que fuera
ministro de su gabinete Jaume Carner,
muerto de cáncer de laringe. En el momento de su detención, Azaña se encontraba
reunido en el Hotel Colón de
Barcelona con 30 dirigentes de Esquerra Republicana. El comandante Enrique Pérez Farrás y los capitanes Escofet y Ricart, fueron condenados a muerte, siendo su pena conmutada por la
de prisión perpetua por el presidente de la República. El presidente y el
gobierno de la Generalidad
fueron juzgados por el Tribunal de Garantías Constitucionales y fueron
condenados por rebelión militar a treinta años de prisión, que deberían cumplir,
unos en el penal de Cartagena y otros en el del Puerto de Santa María. El 23 de
febrero de 1935 fueron puestos en libertad provisional el alcalde de Barcelona y
los concejales detenidos. Al final todos salieron a la calle en febrero de 1936
con el triunfo del Frente Popular. Pérez-Maura señala que “no hará falta decir que si el
Gobierno de Mariano Rajoy se
atreviera a actuar como lo hizo entonces el de Alejandro Lerroux, sería
universalmente condenado”. “Yo creo -sigue escribiendo Pérez-Maura- que todavía
somos una amplia mayoría los españoles que defendemos la vigencia de esta Carta
Magna. Pero entre quienes la sostienen, abundan los que nos dicen que no hay
que aplicar el artículo 155 como vía para resolver el problema que se ha
generado desde la autonomía de Cataluña. Y si ese artículo que prevé la
recuperación por parte del Gobierno de la nación de todas o de parte de las
competencias cedidas a un Gobierno autónomo no se aplica en un caso así, ¿para
cuándo lo dejamos?”. Y Pérez Maura termina con una anécdota sobre Alfonso XIII y una casa particular en la que fue invitado a cenar. Hizo el Rey
un gran elogio del vino que se le había servido y respondió el anfitrión: “Pues
tengo uno mejor, Majestad” a lo que replicó el Rey “¡Guárdalo para mejor
ocasión!”. En resumidas cuentas: si el Gobierno aplica el artículo 155, mal, y
si no lo aplica, también mal. Ser o no ser, la eterna duda de Hamlet. Mejor será que Mariano Rajoy,
dada su pusilanimidad manifiesta, se aplique la filosofía de Julio Cerón: “El que vale poco y se
cree que vale mucho, no vale. Pero el que vale y no sabe lo que vale, tampoco
vale”. O que haga, sencillamente, lo que siempre se espera de él: seguir sentado
en la mata sin patata a la espera de que venga el tío
Paco con la rebaja.
domingo, 23 de julio de 2017
Un "rito" gallego
En su blog sobre Gastronomía, de Fernando R. Quesada Rettschlag,
leí en cierta ocasión, creo que fue en el pasado mes de febrero, el “rito”
necesario para componer un acertado lacón con grelos. El lacón es el brazuelo
de cerdo blanco salado. Los grelos son las hojas de los nabos cuando todavía
están tiernas. Es un plato gallego típico del tiempo de Carnaval, por una
simple razón que aclara Quesada: “En Galicia los nabos se siembran en
septiembre, y los muy versados distinguen entre la nabiza, las hojas verdes que
se cosechan antes de la floración, de octubre a diciembre, y los grelos que son
las que se cosechan de enero a marzo, reputadas como las de mayor calidad. Este
es el motivo de que el momento óptimo para comer grelos coincida con las
carnestolendas, y de que el plato típico durante el carnaval gallego (O
Entroido) sea el lacón con grelos”. Existe una receta de Manuel María Puga y Parga, más conocido
como “Picadillo” (“La cocina práctica”, 1905) donde hace
gala de ese “rito” al que antes hacía referencia: “A las nueve en punto de la mañana, después
de bien lavado, debe ponerse a cocer el lacón en bastante cantidad de agua. A
las once se le agregan los grelos y los chorizos. A las doce, las patatas
mondadas y enteras, y a la una se colocan los chorizos y el lacón en una
fuente, las patatas y los grelos en otra, y todo sobre la mesa, que debe estar
previamente rodeada de ciudadanos con apetito y bien provista de botellas de
vino del Ribeiro”. Y aprovecha para dar una explicación en verso
donde alega que no es plato indigesto: “El labriego gallego, en Carnavales, / toma lacón
para olvidar sus males; / y en bailes y foliadas / lo digiere después a
bofetadas. / Por eso los lacones / no producen jamás indigestiones”. Picadillo,
ese pionero de la cocina gallega que llegó a ser alcalde de La Coruña y a sobrepasar los
200 kilos de peso, merecería muchos cometarios elogiosos por mi parte. En 1901
editó El Noroeste sus “36 maneras de guisar el bacalao”, librito casi imposible
de encontrar. En “El bacalao al minuto” (una
de esas 36 maneras) cuenta Picadillo: “Se cortan trozos cuadrados de bacalao y
se asan sobre la plancha, quitándoles luego la piel y lavándolos en agua
caliente. En una sartén se pose al fuego aceite a calentar, para seguidamente
echar el bacalao envuelto en harina. Al empezar a dorarse se le agrega agua, el
zumo de un limón, perejil, pimienta y sal y se deja cocer diez minutos
sirviéndolo luego bañado con la salsa y adornándolo con huevos cocidos”. A Álvaro
Cunqueiro, en cambio, le parecía
que sobraban todos los ingredientes añadidos al lacón y a los grelos. El cocido gallego fue consecuencia de añadirle
a esos dos productos iniciales otros ingredientes: algo de cabeza de cerdo,
morcillo, gallina, garbanzos, alubias..., etcétera. Comerse un contundente
cocido gallego, decía Cunqueiro, “requiere tiempo para proceder con algo de
orden y la necesaria pausa...”.
viernes, 21 de julio de 2017
La croquetera
Me entero por la prensa aragonesa de que Marcos Pérez acaba de inventar la
croquetera. Se trata de un artilugio cuyo molde consigue que todas las
croquetas que se hacen en la cocina salgan de igual espesor y tamaño. No sé si
tal artilugio, más propio del doctor Franz
de Copenhague y sus grandes inventos, tendrá éxito de mercado. Dice que también sirve para
hacer albóndigas clonadas, como hace Ikea.
Claro, será cambiándole el molde al artilugio. Pero para mí que eso de
conseguir croquetas de iguales hechuras ya lo hacía Pescanova, la empresa fundada en 1960 por José Fernández López, y otras empresas del sector. Te acercabas al
súper, comprabas unas croquetas embolsadas donde ponía “de jamón” o “de bacalao”;
y cuando llegabas a casa y las sacabas de la bolsa comprobabas que todas eran
idénticas en olor, sabor y tamaño. Lo malo era cuando te las comías. Entonces
descubrías que no había jamón o bacalao trufado en el bechamel, sino un
vergonzoso saborizante, no sé si natural, sintético o artificial, eso sí,
autorizado por Sanidad, pero capaz de engañar a las papilas gustativas de Gargantúa. Unas croquetas, en fin, tan
congeladas como lo estuvo más de cuatro años la empresa de Redondela en la Bolsa de Madrid. También me
entero de que la RAE
aceptó en diciembre de 2011 los vulgarismos “cocreta”,
“cocleta” y “almóndiga”, del mismo modo que ahora se espera que entren en el
Diccionario las palabras “posverdad”
e “iros”, el nuevo imperativo de “irse”, además de los ya existentes “ios” e “idos”. Aquí de lo que se trata es de inventar con el mínimo
esfuerzo, aunque sean palabras, sin necesidad de tener que gastar mucho dinero
en eso del I+D+i que suena como proveniente de ese neolibaralismo que tanto
detestamos los carpetovetónicos. Aquí se inventaron los botijos, las máquinas
de hacer churros, las castañuelas, el tinto de verano, la fregona y las
jeringuillas desechables sin necesidad de tener que ir a las universidades de
Harvard o de Stanford, y sin tener que hacer un “High School” en el Colegio
Blue Ridge School del virginiano
Condado de Greene, como ha hecho el caballero
divisero hijosdalgo del ilustre Solar de Tejada Froilán Marichalar, al que todos llaman ahora Felipe, nieto de la condesa
viuda de Ripalda. Curiosamente, dicho sea de paso, en España no existe el
rango de condesa viuda o de marquesa viuda. El ejemplo de Marina Castaño es patente. Cuando se muere el conde Laurel, la
viuda sólo puede cantar aquello de “Yo
soy la viudita del conde Laurel/ que quiero casarme y no encuentro con quién”. Pero
sin aditivos nobiliarios naturales, sintéticos o artificiales, contrario a lo
que sucedía con las croquetas de Pescanova.
Las damas de alto copete, ya se sabe: mucho visón y poco jamón, o sea.
jueves, 20 de julio de 2017
Mario Pérez Langa en los carteles de Villalba
Leyendo, como hago a diario, La
Comarca de
Calatayud, me llevo la sorpresa de que aparece la noticia de “Tres festejos en Collado Villalba”.
Sabía que la Capital
de la Sierra
era un núcleo importante, pero no sabía que lo fuese tanto. Acostumbro a ir por
allí varias veces al año y ya casi es “mi segundo pueblo”. En efecto, por
Santiago son las fiestas patronales. Pero hay dos Villalba: Villalba pueblo y
Villalba Estación. En Villalba pueblo se encuentra la iglesia parroquial de Nuestra Señora del Enebral y la Fuente del Caño Viejo, de los tiempos de Felipe II. También, una vieja grada de
granito llamada “piedra del Concejo”. Villalba Estación sufrió importantes
bombardeos durante la Guerra Civil.
Está hermanada con Burdeos y Bègles. Se segregó de la cercana localidad de
Alpedrete en 1840.A decir verdad, en Collado Villalba existen tres fiestas
patronales: las del barrio del Gorronal, que tienen como patrono a san José Obrero, las del
Villalba-pueblo, en honor de san Antonio
de Padua, y las de Villalba Estación donde se homenajea a Santiago. De entre los espadas actuará
este año Mario Pérez Langa,
rejoneador de Saviñán, al que dio la alternativa Pablo Hermoso de Mendoza en la Plaza de La Misericordia en presencia de la rejoneadora francesa Lea Vicens el 16 de octubre del año
pasado. Toñete es el nombre de
“guerra” de Antonio Catalán Palazón,
hijo el empresario hostelero Antonio
Catalán y de Candela Palazón.
Nacido en Madrid en 1997, debutó sin
picadores en Vinaroz, y con picadores en Zamora el 23 de abril de 2016, en un
cartel al que acompañaban Clemente y
Aitor Darío “El Gallo” con novillos de Fernando
Peña. Cierra el cartel Ángel Téllez,
de la escuela taurina de Marcial Lalanda,
ganador del “Garbanzo
de Oro” en la feria taurina de Fuentesaúco durante las fiestas de la Visitación el pasado año, apadrinado por José Padilla. Los toros serán de las
ganaderías de Los Ronceles y Monte La Ermita. Los Ronceles, de divisa oro viejo, azul y grana, fue fundada en el año
2000 y es propiedad de Agropecuaria
Guadalimar, S.L. Procede de la ganadería formada por el marqués de la Conquista con reses
jijonas, pasando al matador Francisco
Arjona “Cúchares”, en sociedad con Santiago
Martínez, siendo adquirida la parte de Cúchares por Mauricio Rosendo, de quien pasó en 1868 a Carlos López Navarro. Posteriormente, en poder de su viuda, fue
vendida a los señores Herrera Olea,
quienes la vendieron en 1909
a Luis Baeza de
quien la adquirió en 1917 Pacomio Marín, que en 1928 le agregaron
dos camadas de la ganadería de Julián
Fernández Martínez y vacas de Veragua,
eliminando todo lo anterior. Por fallecimiento de Pacomio en 1938, la heredó su
viuda, Francisca Marcos. En 1944 se dividió entre sus hijos, siendo uno de
los lotes para Micaela Marín Marcos,
que fue adquirido ese mismo año por Primitivo
Valdeolivas González, de quien la adquirió en 1971 Juan Pablo Jiménez Pasquau. En 1972 se fue eliminando todo lo
anterior formándola únicamente con reses de Samuel Flores. En 1989 se compraron vacas y un semental de “Jandilla”, aumentándose con compras en
1991, 1992, 1993 y 1996 de vacas de El
Torreón, Salvador Domecq y Luis Algarra, de esa misma procedencia,
así como dos sementales de Juan Pedro
Domecq en 1991 y 1994 y uno de Algarra en 1996, eliminándose todo lo
precedente de Samuel Flores. La
ganadería Monte La Ermita es propiedad de Monte La Ermita 2013, S.L y está situada en
Villamantilla (Madrid). La empresa se fundó en 2012. Llevan procedencia de Atanasio Fernández-El Torreón-Jandilla.
En 2013 se eliminó todo y quedó formada con reses de Carmen Segovia. Llevan encaste Torrestrella.
Esa ganadería fue adquirida a finales del siglo XIX por Luis Gamero Cívico poniéndola a nombre de su hijo, José Gamero Cívico y Torres, formándola
con reses de Parladé. En 1918 se pasa
a los señores Goizueta Hermanos y de
éstos a Antonio Pérez. Este la vendió en 1920 a Andrés López Cháves. En 1926 es adquirida por Fabián Mangas, que dos años más tarde la vendió a Lorenzo Rodríguez. En 1946 se hizo con
ella junto con la mayor parte del ganado
Pío Tabernero de Paz, que
cambió el hierro y la anunció como “Pío
Tabernero de Vilvis”. Ese mismo año compró a Juan José Ramos Matías un lote de vacas, en 1954 otro lote a los
herederos de Galache y en 1958 otro
lote más a Arturo Sánchez y Sánchez. (Divisa encarnada y amarilla). En 1982 la
adquirieron los señores Martínez
Flamarique, que cambiaron el hierro por el actual y la anuncian como “La Ermita”. En 2000 es comprada por su actual
propietario conservando hierro, señal y divisa (rojo y verde), eliminando todo
y formándola con reses de Hijos de Pablo
Martínez Elizondo.
Repartos a golpe de pedal
Con una tasa de paro de larga duración del el 39% y el 38,5%
de paro juvenil que no nos venga diciendo el Gobierno que España está creciendo
más que ningún otro país europeo. Es evidente que las cotizaciones de las
personas en activo no dan para mantener las pensiones de jubilación. Ante tal
disyuntiva, el FMI “invita” a los trabajadores a que se hagan un fondo de
pensiones privado. Vicente Lozano,
en El Mundo, señala que, pese a todo
ello, el Gobierno de Rajoy “ha
decidido bajar
impuestos el año que viene, repartir más dinero
entre las comunidades autónomas, que los ayuntamientos puedan utilizar casi a
su antojo su superávit, ha levantado el veto a la creación de puestos de
funcionarios y se plantea que algunos colectivos de la función
pública puedan reducir la jornada laboral hasta las 35 horas el año que
viene”. ¿Serán esas las zanahorias a las que hacía referencia Montoro para época preelectoral? Pero,
¿qué trabajador puede detraer de su menguado salario una parte importante del
mismo para hacerse un fondo de pensiones privado? Por otro lado, con sueldos
menguantes no puede cotizarse mucho a la Seguridad Social.
No se puede pedir en la pescadería merluza grande que pese poco. Este se ha
convertido en un país de servicios: de camareros y de repartidores. Da pena
comprobar cómo ya empezamos a ver por nuestras calles algo que parecía
impensable: los repartos domiciliarios a golpe de pedal, mochila al hombro y
bajo un sol de justicia, como practican muchos jóvenes contratados por las empresas
Glovo y Deliveroo. A mi entender, de esa forma de entender el trabajo
juvenil a la esclavitud sólo hay un paso.
miércoles, 19 de julio de 2017
Ni reliquias ni relicarios
Veo bien, además de necesario, el proyecto de Ley de Memoria Democrática auspiciado en
Aragón por PSOE y Chunta Aragonesista. De salir adelante, las expresiones que
ofendan la dignidad de las víctimas de la Guerra Civil podrían multarse
hasta con 150.000 euros. Javier Lambán,
presidente de la Diputación General
de Aragón, propone que la Ley de Memoria Democrática tenga un día
señalado en esa Comunidad: el 3 de marzo, en recuerdo del bombardeo en 1938
sobre Alcañiz y que causó más de 500 muertos. Ayer leía en El Correo de Andalucía que no se sabe qué hacer con las sepulturas
de Quipo de Llano, responsable de
más de 14.000 ciudadanos sólo en Sevilla, y de su mujer, ambos enterrados en la Macarena. El periodista Daniel Cela recordaba en Público
hace ya varios meses que “los archivos radiofónicos de Unión Radio Sevilla -hoy la Cadena Ser-
conservan algunos discursos del militar poco después del golpe de Estado,
animando a sus tropas a destruir ‘a los rojos’ y, ‘de paso’, a violar a sus
mujeres”. Decía Quipo: “Se les perseguirán como a fieras, hasta hacerlos
desaparecer a todos. Nuestros valientes legionarios y regulares han demostrado
a los rojos cobardes lo que significa ser hombres de verdad. Y de paso también
a sus mujeres. Esto está totalmente justificado porque estas comunistas y
anarquistas predican el amor libre. Ahora por lo menos sabrán lo que son
hombres y no milicianos maricones. No se van a librar por mucho que berreen y
pataleen”. Sobran comentarios. Para vergüenza de todos, durante muchos años
procesionó por las calles de Sevilla una imagen de la Macarena
llevando a la cintura el fajín de ese general golpista. Dejó de utilizarse en
2011, no por razones obvias sino debido al mal estado de esa prenda. La
exhumación de esos restos depende de la Hermandad de la Macarena, titular de la basílica y del Obispado de Sevilla, al tratarse de un
templo católico. “Con la iglesia hemos topado, Sancho” (“Don Quijote de la
Mancha”. Segunda Parte. Capítulo11). Es necesario
recordar que la Ley de Memoria Democrática, la que ahora se
pretende sacar adelante en Aragón, ya fue aprobada por el Parlamento andaluz en
marzo de este año.
martes, 18 de julio de 2017
Don Antoni Nicolau
Don Antoni Nicolau
siempre estaba serio, como cabreado.
--Escolta, amic meu, en aquesta vida tot te truc. És que tu et creus el que diuen els capellans, els polñíticos o els
acamuelas?
Hombre, yo...
--¡Que equivocat
estàs!
--En algo habrá
que creer...
--Doncs tu
segueix per aquest camí i algun dia et recordaràs del que et dic.
Don Antoni
Nicolau tomaba baños de sol en la Barceloneta, fumaba en pipa y llevaba un bañador
de cuerpo entero a rayas azules y blancas que escondía debajo de un albornoz
color granate. Don Antoni Nicolau era caballero mutilado. En el frente de
Teruel le penetró una esquirla de metralla en los genitales y le dejó con un
sólo cojón, enucleado y fuera del escroto. Le hicieron un primer apaño en un
hospital de sangre que había en la retaguardia. Por aquellos días se comentaban
los métodos del doctor Trueta. Hubo nevadas intensas y congelaciones de
necrosis con mutilaciones, sobre todo en los dedos de los pies. A Nicolau le
operó el doctor Joaquín d’Harcourt Gott
en un vagón quirófano situado en la topera de una vía muerta de la estación
ferroviaria.
--Escolta, amb un
sol colló es pot vivor perfectament. Ja em veus a mi ...
--Sí, sí, ya veo.
Cerca de donde
ellos se encontraban había una pareja durmiendo bajo una sombrilla. Tenían un
pequeño transistor encendido y salían las ondas una canción de Julio Iglesias. Una golondrina navegaba
con turistas. Las olas producían un ruido monocorde que invitaba a la
somnolecia. Don Antoni Nicolau se despidió de mí y se marchó despacio camino de
un malecón. Noté que se apoderaba de mí la melancolía que siempre me embargaba
los finales de verano.
lunes, 17 de julio de 2017
Don Agardo de la Caballería
Don Agardo de la Caballería, casado
como Dios manda con doña Dorotea
Manavens, llevaba más de siete años jubilado en Correos. Al punto de la mañana se iba derecho hasta el Círculo La Unión para leer los periódicos. Se centraba
en las esquelas de ABC, de Heraldo de Aragón y de España de Tánger. Como era el primer
lector, siempre quitaba las fajillas a la prensa. Más tarde echaba un vistazo
a la política, el deporte y los ecos de sociedad, si es que
aquel día había ecos de sociedad. Don Agardo de la Caballería recortaba
algunas esquelas de la prensa del día anterior antes de que fuesen a la basura
o se utilizaran para envolver algún bocadillo. Don Agardo estaba convencido de
que los bocadillos envueltos en papel de periódico sabían de otra manera, sobre
todo si eran bocadillos de agujas en escabeche o de sardinas en aceite de oliva.
Casi todas las mañanas, a eso de las doce, aparecía por el Círculo un joven
flaco, se sentaba en una mesa de mármol, sacaba un cuadernillo y una estilográfica
Jonson, (de aquellas tan de moda en
los 60 que tenían un émbolo a modo de
jeringa para llenar su depósito de tinta), y se quedaba pensativo y como
catatónico delante del papel cuadriculado. El camarero le conocía como Luquillas. Y Luquillas llevaba mucho
tiempo intentando componer un soneto a
maiore, con acentuación en la sexta sílaba de cada endecasílabo. A veces
salía de su ensimismamiento y sacaba del bolsillo un papelito con el soneto “No me mueve, mi Dios, para quererte / el cielo que me tienes
prometido... (...) No me tienes que dar porque te quiera, / pues, aunque lo que
espero no esperara, / lo mismo que te quiero te quisiera”, que tenía de
muestra y nadie sabía qué poeta lo escribió aunque se le atribuyesen muchos
padres. Sí se conocía, que ya era algo, que había sido publicado en 1628.
Luquillas siempre tomaba lo mismo: una orangina. Don Agardo de la Caballería, a ratos,
levantaba la vista de la prensa y observaba al muchacho como el que ve llover.
Pedía otro café con leche, repasaba las esquelas mortuorias por si se le había
pasado algún detalle, y al filo del vermú regresaba a casa zancajoso y ayudado
de bastón por culpa del reuma. Doña
Dorotea, entretanto, manejaba los pucheros en los fogones de la cocina con la
habilidad de un alquimista. Don Agardo encendía la radio al tiempo que sonaba
el reloj de la Puerta
del Sol anunciando las dos y media de la tarde, el tararí acostumbrado
precedente al “Gloriosos caídos por Dios
y por España, ¡presentes!” y a un boletín de noticias leído por un locutor
con voz engolada que arrancaba con los recibimientos en El Pardo de ministros y
de algún personaje de actualidad, la firma de contratos para la construcción de
Astilleros Españoles, la detención de
Lumumba y su traslado a Leopolville
y el ofrecimiento del Estado Español a Fabiola
de Mora y Aragón de una corona real de oro y platino, en la que han sido
engarzados brillantes, esmeraldas y perlas. Eran los primeros días de diciembre
de 1961 y el cielo tenía aspecto de panza de burra. Podría nevar.
domingo, 16 de julio de 2017
Carroza va, tiara viene
Hoy en ABC, Antonio Burgos mece el incensario con
tanto brío hacia la Casa
de Borbón que temo deje a alguno tuerto. Es tan grande su meneo y tan espeso el
humo que parece un chamán aireando el frágil penacho de Moctezuma. Parece como si las barbas de las plumas de ese penacho se desprendieran
de su cañón. Cuenta que “España es tan Reino como el Unido de la Gran Bretaña; que la Casa de Borbón no tiene nada
que envidiarle a la de Windsor; y que en la liga de campeones de la Historia, les ganamos a
los ingleses por goleada”. Y así, “carroza va y tiara de Victoria Eugenia viene”, Burgos me recuerda a José María Pemán cuando
sacralizaba con soflamas la figura del dictador Franco y su “guerra santa”. "El
humo del incienso -escribía Pemán-y el humo del cañón, que sube hasta las
plantas de Dios, son una misma voluntad vertical de afirmar una fe y sobre ella
salvar un mundo y restaurar una civilización”.A mi entender, cada
ciudadano, también Burgos, puede decir o escribir lo que le venga en gana. Le
ampara el artículo 20 de la
Constitución. Pero a mí me importa un pito
si la Casa de
Borbón tiene o no tiene nada que envidiar a la de Windsor. Lo que
sí me interesa como ciudadano es conocer si la visita del jefe del Estado a
Reino Unido va a servir para algo útil a los intereses de España. Todo lo demás
sólo es perifollo y postureo prescindibles.
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