jueves, 19 de octubre de 2017

Al alba y con tiempo duro de levante...





Ante la penosa situación creada, cuenta hoy El País en un editorial: “La desconcertada y desconcertante reacción del Gobierno de Mariano Rajoy, mal asesorado en su alianza con el igualmente desconcertado y desconcertante Pedro Sánchez, ha acabado de redondear el entuerto. La sociedad española en su conjunto, no solo la catalana, antes irritada, está cayendo ahora en el abatimiento y la frustración. La larga crisis política en Cataluña, que está ya minando seriamente la reputación de nuestra democracia y todas las instituciones de nuestro sistema, amenaza con prolongarse aún más”. A mi entender, si Mariano Rajoy no sabe cómo solucionar este entuerto debería dimitir y dejar paso a unos nuevos comicios que cambiasen los culos de las bancadas de las dos Cámaras. A los españoles, que en su conjunto formamos el Estado, les perdieron hace mucho tiempo el respeto determinados políticos corruptos que, pese a todo, se permiten la osadía de dar lecciones de democracia. En España ningún político enfrascado en el merengue putrefacto dimite por vergüenza torera, por decencia y por respeto al paisanaje. Pero lo peor de todo, como bien señala El País, es que “la inseguridad jurídica campa a sus anchas en el vértice de la jerarquía normativa, aunque de facto rija el ordenamiento constitucional. El sistema democrático cojea”. Hay que evitar males mayores. La encarcelación de Jordi Sánchez y Jordi Cuixart ha sido el estopín que ha vuelto a encender los ánimos de muchos catalanes separatistas. Joseph Ramoneda entiende que “parece llegada la hora de la aplicación del artículo 155. Una auténtica caja de Pandora que hasta ahora nadie había abierto. Una vez se ponga en marcha, es imprevisible cómo se ejecuta y cómo y cuándo acaba. Sin duda puede servir para bloquear el proceso independentista. El Estado tiene fuerza y recursos sobrados para ello. Pero no es una salida. Cuando se restablezca la normalidad autonómica el soberanismo seguirá allí y el desapego y el resentimiento serán mucho mayores todavía”. La aplicación del 155, de producirse el próximo sábado, no será, a mi entender, como la recuperación del islote Perejil. No veo a Rajoy pasado mañana diciendo aquello de “Al alba y con tiempo duro de levante...”, como dijo Trillo el 17 de julio de 2002 en su particular y españolísimo "desembarco de Normandía".

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