sábado, 28 de octubre de 2017

Niño Ricardo





Leo hoy en El correo de Andalucía que “la Federación Provincial de Entidades Flamencas de Sevilla organizará un ciclo para llevar de peña en peña la memoria y la obra de uno de los guitarristas más importantes que ha dado Sevilla, el Niño Ricardo, creador de una de las escuelas más importantes de la guitarra flamenca”. Manuel Serrapí Sánchez nació el 11 de julio de 1904 en Sevilla, en la calle Almudena de la plaza de Argüelles, conocida hoy como plaza del Cristo de Burgos. Murió en esa misma ciudad en 1972.  Humberto J. Wilkes le hizo una biografía al guitarrista y dejó escrito lo siguiente: “De Javier Molina aprendió mucho para el acompañamiento. De Ramón Montoya sus armonías, arpegios y dulzura, pero luego dio más relieve a sus falsetas. De Manolo de Huelva tomó el ritmo, la gracia y ese aire tan especial, sobre todo, por bulerías”. Grabó con los mejores cantaores de la época: Niña de los Peines, Porrina de Badajoz, Pepe Pinto, Antonio Chacón, Antonio Mairena... Con su segundo apellido, Serrapí, compuso coplas que llegaron a alcanzar gran difusión, como “El emigrante”, “El rey de la carretera”, “Su primera comunión” y otras, que tanta fama dieron a Juanito Valderrama; o “La madrugá”, que cantaba Antonio Molina. Contaba Manuel Román (Libertad Digital, 20/01/13) que “El emigrante” se le ocurrió a Valderrama mientras representaba un espectáculo en un teatro de Ponferrada. Escuchó unas notas de guitarra, totalmente improvisadas, de Niño Ricardo , que era quien lo acompañaba entonces en el escenario. Ya en su camarín, le pidió que no las olvidara. Y en la factura de un hotel, no teniendo mejor papel a mano, Juanito Valderrama comenzó a escribir: "Me voy a hacer un rosario, con tus dientes de marfil...". Esa primera frase la cambiaría algunas veces con el transcurso del tiempo y en vez de “me voy”, diría “tengo que”. Según Manuel Román, “pasados unos días, remató aquella letra, hallándose de gira en Tánger. Fue allí donde ensayó la copla entera, con la composición musical de su guitarrista. Dado que Valderrama no sabía música y componía de oído, tuvieron que recurrir al maestro Manuel Pitto, quien dirigía la orquesta del espectáculo, y el que puso en papel pautado aquellas notas. Por entonces, la Sociedad General de Autores exigía ese procedimiento. Lo que obligó a Valderrama y a Niño Ricardo a compartir sus derechos de autor con tal maestro. En principio, ‘El emigrante’ lo estrenó Juanito Valderrama a ritmo de bolero flamenco, aunque como lo grabó varias veces llegaría a conocerse también como pasodoble, incluso por bulerías. No gustó las primeras veces que lo interpretó cara al público pero tras registrarlo por vez primera en disco, año 1947, fue tal el éxito que sonaba a diario en todas las emisoras de radio. A Franco le gustaba mucho y Valderrama lo complació (sic) más de una vez. Pero el artista me confió esto: ‘Decía que era una canción muy patriótica. No debía darse cuenta de que iba en contra de su política, pues su argumento no es otro que el de tantos exiliados españoles que vivían fuera de España en la postguerra’”. En la  tumba de Manuel Serrapí, en el cementerio de  Sevilla hay un monumento que representa a un ángel, con una guitarra entre sus manos alzándola al cielo. Existe otro monumento desde 2004 en la plaza donde nació. En la parte frontal del pedestal aparece una placa con la siguiente leyenda:”NO8DO/ Monumento erigido al genial guitarrista/ Manuel Serrapí Sánchez/ “Niño Ricardo”/ a iniciativa de la peña que lleva su nombre/ y del Excmo. Ayuntamiento de Sevilla/ Sevilla 2004 en el Centenario de su nacimiento/ Escultor: Jesús Gavira Alba”.

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