Leo hoy en El correo
de Andalucía que “la Federación Provincial de Entidades Flamencas de
Sevilla organizará un ciclo para
llevar de peña en peña la memoria y la obra de uno de los guitarristas
más importantes que ha dado Sevilla, el Niño Ricardo, creador de una de las escuelas más
importantes de la guitarra flamenca”. Manuel
Serrapí Sánchez nació el 11 de julio de 1904 en Sevilla, en la calle
Almudena de la plaza de Argüelles, conocida hoy como plaza del Cristo de
Burgos. Murió en esa misma ciudad en 1972. Humberto
J. Wilkes le hizo una biografía al guitarrista y dejó escrito lo siguiente:
“De Javier Molina aprendió mucho
para el acompañamiento. De Ramón Montoya
sus armonías, arpegios y dulzura, pero luego dio más relieve a sus falsetas. De
Manolo de Huelva tomó el ritmo, la
gracia y ese aire tan especial, sobre todo, por bulerías”. Grabó con los
mejores cantaores de la época: Niña de
los Peines, Porrina de Badajoz, Pepe Pinto, Antonio Chacón, Antonio
Mairena... Con su segundo apellido, Serrapí,
compuso coplas que llegaron a alcanzar gran difusión, como “El emigrante”, “El rey de la
carretera”, “Su primera comunión”
y otras, que tanta fama dieron a Juanito
Valderrama; o “La madrugá”, que cantaba Antonio Molina. Contaba Manuel
Román (Libertad Digital,
20/01/13) que “El emigrante” se le
ocurrió a Valderrama mientras representaba un espectáculo en un teatro de
Ponferrada. Escuchó unas notas de guitarra, totalmente improvisadas, de Niño Ricardo
, que era quien lo acompañaba entonces en el escenario. Ya en su camarín, le
pidió que no las olvidara. Y en la factura de un hotel, no teniendo mejor papel
a mano, Juanito
Valderrama comenzó a escribir: "Me voy a hacer un
rosario, con tus dientes de marfil...". Esa primera frase la
cambiaría algunas veces con el transcurso del tiempo y en vez de “me voy”, diría “tengo que”. Según Manuel Román, “pasados unos días, remató aquella
letra, hallándose de gira en Tánger. Fue allí donde ensayó la copla entera, con
la composición musical de su guitarrista. Dado que Valderrama no
sabía música y componía de oído, tuvieron que recurrir al maestro Manuel
Pitto, quien dirigía la orquesta del espectáculo, y el que puso en
papel pautado aquellas notas. Por entonces, la Sociedad General
de Autores exigía ese procedimiento. Lo que obligó a Valderrama
y a Niño
Ricardo a compartir sus derechos de autor con tal maestro. En
principio, ‘El emigrante’ lo estrenó Juanito Valderrama a ritmo de
bolero flamenco, aunque como lo grabó varias veces llegaría a conocerse también
como pasodoble, incluso por bulerías. No gustó las primeras veces que lo
interpretó cara al público pero tras registrarlo por vez primera en disco, año
1947, fue tal el éxito que sonaba a diario en todas las emisoras de radio. A Franco
le gustaba mucho y Valderrama lo complació (sic) más de una vez. Pero el
artista me confió esto: ‘Decía que era una canción muy patriótica. No debía
darse cuenta de que iba en contra de su política, pues su argumento no es otro
que el de tantos exiliados españoles que vivían fuera de España en la
postguerra’”. En la tumba de Manuel
Serrapí, en el cementerio de Sevilla hay
un monumento que representa a un ángel, con una guitarra entre sus manos
alzándola al cielo. Existe otro monumento desde 2004 en la plaza donde nació.
En la parte frontal del pedestal aparece una placa con la siguiente leyenda:”NO8DO/ Monumento erigido al genial
guitarrista/ Manuel Serrapí Sánchez/ “Niño Ricardo”/ a iniciativa de la peña
que lleva su nombre/ y del Excmo. Ayuntamiento de Sevilla/ Sevilla 2004 en el
Centenario de su nacimiento/ Escultor: Jesús Gavira Alba”.
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