Ahora, como ya no tenemos colonias ultramarinas que defender
ni guerras rifeñas a mejor gloria de militares africanistas, nos inventamos
pequeñas algarabías en esos “reinos de taifas” que son las Comunidades
Autónomas para reafirmar nuestra españolidad. Y los ciudadanos de las otras 16
Comunidades restantes ponen colgaduras con banderas españolas compradas a los
chinos y escuchan atentos las opiniones de los contertulios de “La
Sexta”, que siempre suelen ser los mismos, con soluciones
para todo, como el quitamanchas K2R. Aquí y ahora ya no se envían tropas de leva a
lugares lejanos con uniformes de de mil rayas que soporten la canícula
tropical. Contaba Antonio Burgos en
un artículo de ABC sobre el traje de mil
rayas que “fue moda que inventó un
fabricante catalán de tejidos, a quien, tras la pérdida de Cuba y Filipinas, se
le quedaron colgados en los almacenes kilómetros de tela de rayadillo de
algodón del uniforme colonial de nuestras tropas. A aquel catalán con el género
colgado se le ocurrió dar una salida civil al estocaje de rayadillo militar del
Ejército e inventó el traje de mil rayas para el verano. Porque a un traje de
mil rayas tú le pones un correaje de trinchas y cartucheras y un sombrero de
palma de ala levantada con la escarapela de la bandera de España, y es que te
empieza a sonar el ‘Yo te diré’ de Los últimos de Filipinas”. El “Yo te diré” es, por cierto, una
habanera de 1945, con letra de Enrique
Llovet (que ya había hecho un guión radiofónico sobre el sitio de Baler, en
la isla de Luzón) y música de Jorge
Halpern, que interpretó Nani
Fernández en la película de Antonio
Román. Por cierto, se me antoja que “Yo
te diré” tiene unos compases de Mendelssohn y otros compases de la Suite
de Jazz nº 2 de Shostakovich.
Pero a lo que iba, moreno, hoy Cataluña sufre una huelga política y Rajoy
se reúne con Zoido, ese ministro que
pasa más tiempo en Sevilla, donde fue alcalde, que en Madrid, donde se supone
que ejerce de ministro del Interior. Pero la posición del Gobierno ante el reto
independentista se basa en la “acción-reacción” a medida que se van produciendo
nuevos acontecimientos en Cataluña. Pero de nada vale, a mi entender, seguir
mandando fuerzas de choque para encrespar más los ánimos. La Política es el arte de lo
posible y lo que se impone, a mi entender, es hablar entre las partes en
conflicto e intentar llegar a acuerdos. Si hay que aplicar el artículo 155 de la Constitución,
¡adelante con los faroles! Y si Rajoy no sabe cómo gestionar al problema
catalán, que se marche de una vez. Un Gobierno que no sabe dialogar y entiende
que sólo se puede hacer valer el Estado de derecho con las porras policiales es
un Gobierno fallido. Y en mi opinión, quienes componen un Gobierno de esa naturaleza, son unos cobardes
que llevan el franquismo en sus genes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario